Lunes 1 de marzo, 2004. San José, Costa Rica.



 

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Frustrado
Jorge Castillo tenía la ilusión de llevar al Independiente de Medellín a la cima y crear escuelas de fútbol para niños de la calle. Su sueños se vieron truncados y se vio obligado a abandonar la ciudad, declaró el 30 de enero en la cárcel de San Sebastián
/Al Día

Mediador de sicarios, según la fiscalía

Huyó de Colombia amenazado de secuestro y de muerte

Mercedes AGÜERO ROJAS/ Al Día

Un controversial negociante colombiano, expromotor de fútbol, dueño de equipos y jugadores, de transmisiones de televisión, patrocinador de selecciones y vendedor de bípers, medió, según la Fiscalía, entre los autores intelectuales y los materiales del homicidio del productor radiofónico, Parmenio Medina Pérez.

Un controversial negociante colombiano, expromotor de fútbol, dueño de equipos y jugadores, de transmisiones de televisión, patrocinador de selecciones y vendedor de bípers, medió, según la Fiscalía, entre los autores intelectuales y los materiales del homicidio del productor radiofónico, Parmenio Medina Pérez.

Jorge Castillo Sánchez, bogotano de 47 años, llegó a nuestro país el 13 de diciembre de 1998. Se vió obligado a dejar Medellín debido a las fuertes amenazas de muerte en su contra tras una polémica administración del Deportivo Independiente de Medellín del que fue presidente y dueño de sus acciones, entre otros negocios.

Además:

  • Caótica salida de Medellín
  • De miseria y opulencia
  • El expediente
  • “En dos años me amenazaron 200 veces”, dijo a Al Día en una entrevista el 30 de enero anterior. Según el mismo reconoció, incluso estaba en una lista de secuestrables, sin aclarar por parte de qué grupos.

    Durante cinco años, pasó aquí inadvertido, pero ejerciendo una intensa, aunque discreta, actividad de negocios: trató con la Fedefútbol, entre otros, transmisiones de televisión, patrocinios de la Selección Nacional, tuvo un litigio y representó a jugadores como Rolando Fonseca y Juan Carlos Arguedas, a quienes llevó al DIM de Medellín.

    Su figura cobró notoriedad cuando el también colombiano e igualmente supuesto intermediario, John Gilberto Gutiérrez, lo involucró en la muerte de Medina. Castillo niega los cargos.

    Gutiérrez, además, lo vinculó con Omar Chaves, sospechoso de ser uno de los dos autores intelectuales del homicidio.“Yo creo que Jorge es socio de Omar Chaves. Jorge llevó a Omar a Santa Ana, a una sodita donde venden helados, esto después del homicidio y Omar me dijo que todo había salido bien y que Jorge iba a salir del país...”, dijo Gutiérrez en su declaración del 11 de noviembre.

    Castillo negó a Al Día, haber conocido a Chaves antes de ingresar a la cárcel.

    Una fuente de la Fiscalía dijo ayer a Al Día que están a la espera de informes de Interpol y del FBI sobre los antecedentes de Castillo en el exterior.

    El ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, confirmó ayer que Castillo no registra antecedentes policiales y judiciales, ni en Colombia, ni en Nueva York, donde vivió en los años 90.

    Castillo negó haber tenido deudas o enfrentado causas judiciales de algún tipo aquí y en el extranjero. No obstante, Al Día confirmó que había sostenido un litigio judicial a raíz de una deuda de $30 mil con la Federación Costarricense de Fútbol.

    Margarita Echeverría, representante legal de la Federación, quien no precisó la fecha del incidente, explicó que Castillo representaba a una empresa que negociaba derechos de televisión para la Federación en el extranjero y le hizo un pago con un cheque sin fondos.

    El caso estaba para juicio, conciliaron que Castillo pagaría la deuda, pero no cumplió. “Se hicieron los procedimientos legales y se determinó que el señor no tenía nada aquí por lo que el caso se archivó”.

    Constante movimiento

    El 22 de diciembre del año anterior, el bogotano fue detenido en Barrio Los Ángeles de Heredia. No llevaba ningún documento migratorio.

    Una carta remitada por agentes del OIJ a la fiscal del caso Guiselle Rivera, del 22 de diciembre, indica que tampoco ha efectuado trámite migratorio alguno para poner en regla su condición de extranjero.

    “La investigación nos dejó como conclusión que en los años de vivir en el país, constantemente cambiaba de dirección, números de teléfono, residenciales y celulares”, indica la nota, de la cual Al Día tiene copia.

    Fue el 29 de diciembre, cuando trascendió el ligamen que las autoridades le hacían con el homicidio de Medina.

    Un día después, el juez penal de Heredia, David Hernández Suárez, le dictó seis meses de prisión preventiva.

    Según la resolución, a Castillo no solo lo vincula la declaración de John Gilberto, sino también la de un testigo de apellido Barrantes, quien afirmó haber visto en el periódico Al Día (en una foto) al colombiano que él en otras ocasiones había visto y se hacía pasar por “Restrepo”.

    Castillo visitaba nuestro país desde 1993. “Venía a hacer negocios con la Federación de Fútbol, los clubes y jugadores”, confirmó en la entrevista con Al Día el 30 de enero.

    En 1998, su propósito era establecerse aquí y hacer mercadeo de jugadores, pero eso nunca se concretó.

    En la entrevista añadió que durante los cinco años de permanencia en el país se dedicó a vivir de las rentas. El dinero, según él, le llegaba de Colombia y de Estados Unidos, donde había desarrollado sus negocios.

    A la hora de su detención, reportó ingresos mensuales de entre $1.000 y $2.000 y declaró no tener trabajo.

    Para su llegada a Costa Rica, Castillo ya había dejado una huella de polémicas, elogios y sinsabores en Medellín.

    Según versiones en Colombia, la mala administración de DIM lo habría dejado con grandes deudas y todo tipo de amenazas.

    De amor y Odio

    Reconocido especialista en la organización y control deportivos, su vida ha transcurrido entre sus ansias en llegar a la cima y la polémica.

    En 1990 dejó su tierra, para radicar en Queens, Nueva York. (Nota aparte).

    De la mano de la empresa FUTGOL Marketing, conquistó éxitos.

    Esa misma compañía pretendía instalarla en nuestro país, su negocio consistiría en comprar – vender y representar jugadores, comerciar artículos deportivos y crear centros para la formación de futbolistas. Esas actividades nunca se desarrollaron, pues según dijo, en ese momento el fútbol costarricense no lo permitía.

    Castillo aseguró seguir recibiendo dinero de Colombia a raíz de la venta de sus acciones del Deportivo Independiente de Medellín (DIM) y de las empresas en que participó en Estados Unidos y Europa, eso le permitía sobrevivir sin ningún problema.

    Se negó a dar detalles sobre su capital, así como donde tendría el dinero.

    “Lo único que le puedo decir, es que no tengo nada en Costa Rica. Fuera de Costa Rica...”


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    En 1997 John Wilmar “La Pelusa Pérez” le entrega un trofeo a Jorge Castillo, eran días en que el colombiano aún gozaba de la admiración de jugadores y aficionados del Independiente de Medellín.

    Caótica salida de Medellín

    Mercedes AGÜERO ROJAS/ Al Día

    Dos años después de haber llegado al Deportivo Independiente de Medellín (DIM) un 17 de diciembre de 1997, Jorge Castillo presentó ante los medios de comunicación de Medellín un documento en que vendía y se desligaba del equipo.

    “Eso fue aquí en mi propia casa. Esa noche hubo una celebración en Medellín como si hubiéramos ganado el campeonato”, recuerda Luis Cano, periodista colombiano, quien fue contratado por Castillo como gerente deportivo y comunicador social del equipo en ese año.

    Cano explicó que ante la mala situación del equipo, un grupo, incluido él, tomaron el Medellín para bajar a Castillo de la presidencia.

    “El salió de aquí con una situación muy caótica, le dieron tres días para que abandonara la ciudad”, agregó.

    Un reportaje del periodista Wilson Díaz, de El Colombiano de Medellín, indica que al 31 de diciembre del 2000 el déficit acumulado del DIM era de 3.167 millones de pesos colombianos (unos $1,1 millones), producto de malas administraciones pasadas, “especialmente en el periodo del controvertido Jorque Castillo, quien a propósito, sigue apareciendo en los informes como uno de los deudores de la institución, con 315 millones de pesos ($112.500).

    En peligro

    Al parecer fue amenazado fuertemente por algunas personas a quienes les había tomado dinero prestado para comprar jugadores.

    Esta gente además, habría despojado a Castillo de la mayor parte del dinero que obtuvo con la venta del DIM.

    Según este comunicador, Castillo un hombre hábil para los negocios, con facilidad de palabra, compró el Medellín con la misma plata que una empresa cervecera le debía al equipo. Y anunció la revolución de ese deporte.

    Con su llegada, reconoce, el fútbol colombiano da un giro en cuanto a difusión televisiva de los partidos, venta de camisetas y artículos deportivos. Incluso consiguió los planos para la construcción de un nuevo estadio con capacidad para 60 mil aficionados.

    Pero las cosas fueron empeorando.

    Según Cano, al principio la gente creyó en los sueños de Castillo y los apoyó. Luego perdió credibilidad y respaldo.

    El equipo entró en una crisis económica. Castillo intentó sacarlo adelante y tomaba dinero prestado en un lugar y otro, pero más bien las deudas fueron creciendo.

    “Había momentos en que no había ni para los primeros auxilios de los jugadores. No teníamos ni para el botiquín.

    Había jugadores que iban a cobrar la quincena o a buscar plata para comida y como no había dinero se llevaban un teléfono, un cuadro o un florero de la sede del equipo”, afirma Cano, quien recuerda que su jefe siempre se hizo acompañar por dos escoltas. “Cuando se fue, el Medellín tuvo que pagarles salarios y prestaciones porque él no les había pagado”, dijo.

    Como medida de seguridad además, prefería dormir en lugares diferentes cada noche. Tenía como cuatro a cinco casas.

    También recuerda que a Castillo le encantaban los animales, era un enamorado de los zapatos y amante de los juegos en los casinos.

    “El perdía las noches jugando en los casinos de Medellín.

    “Había días en que no probaba bocado porque no tenía un peso. Una señora que se llamaba Martha Miriam Ortíz le llevaba comida”, aseguró.

    Según recuerda Cano, Castillo hablaba mucho de nuestro país, consideraba que era una buena plaza para hacer negocios.

    “Se fue a Costa Rica y nosotros no volvimos a saber de él hasta que salió la noticia de su ligamen con el crimen del periodista”, dijo.


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    ¡Qué tiempos!
    En esta foto tomada el 13 de abril de 1995, Jorge Castillo aparece en companía del locutor Eduardo Aponte Rodriguez, con quien tenía un noticiero en una emisora de Nueva York.
    /Al Día

    De miseria y opulencia

    Mercedes AGÜERO ROJAS/ Al Día

    Jorge Castillo tiene una extraña historia en Nueva York en los años 90. Lavó platos, durmió en el metro, compartió bandejas paisas, (comida típica de su país) y luego ganó centenares de miles de dólares como empresario.

    “Se dedicó a la venta de bípers y en unos seis meses obtuvo ganancias por más de $250 mil”, afirmó el periodista Julio Moreno al Diario La Prensa, de Nueva York, en su edición del martes 3 de febrero.

    Además, dijo Moreno, compró en efectivo un Ferrari Testarozza de $70 mil.

    Y tuvo más. Un Lamborgini que luego, supuestamente, vendió en $280 mil, afirmó otro de sus conocidos.

    En esa ciudad, en poco tiempo, llegó a dirigir la empresa FUTGOL Marketing, que lo hizo conocido en el mundo de las comunicaciones y el deporte.

    Lo que nunca estuvo claro para sus conocidos en Nueva York fue de dónde salió el capital que le permitió a Castillo abrirse camino en el mundo empresarial.

    Hacia arriba

    También, y con ocasión del Mundial de Fútbol Italia 90, incursionó en la venta de señal de televisión a los restaurantes de Queens, El Bronx y Manhattan, comenta el locutor Eduardo Aponte Rodríguez, con quien tuvo un noticiero llamado “El Mundo al Instante”.

    “Era una persona extraordinaria, habilidosa y con grandes capacidades como negociante”, asegura Aponte.

    Pero no solo tenía ese programa radial, sino que también alquiló un espacio en la popular emisora Radio Wado, que llamó "Prodeportivo" y lo dirigían Édgar Andaur y Álvaro Riet. Además, tenía alquilado espacios las 24 horas en el canal 53 para pasar novelas, noticieros y partidos de fútbol.

    Entre 1994 y 1995 compró la señal para los partidos de la CONCACAF y luego los vendía a TV Azteca, Univisión y la televisión de Canadá.

    El mismo Castillo no teme en hacer alarde de su pasado empresarial.

    “Tengo. Tenía, perdón, una empresa que manejaba casi la totalidad de los derechos de televisión deportiva en español que entraba a los Estados Unidos. Fui de los primeros en darle apoyo a la transmisión deportiva, especialmente de fútbol, a cadenas como ESPN, Time Warner, ABC y, por supuesto, a los canales en español”, dijo Castillo en una entrevista con Al Día, el 30 de enero anterior.

    “Compré –agregó Castillo– la totalidad de los derechos de televisión de los grandes equipos latinoamericanos y centroamericanos. Fui el patrocinador principal de todas las selecciones de Centroamérica, incluyendo la de Costa Rica, por alrededor de siete años”.

    Su primera oficina –recuerda el periodista Moreno– la alquiló en el segundo piso del 80-07 en la avenida Roosevelt, donde tenía a varias personas empleadas y más tarde alquiló una casa en la calle 93 y Astoria y la convirtió en un verdadero búnker.

    El ligamen con esos negocios terminó cuando salió de Colombia, en 1998, afirma Castillo.


    El expediente

    De acuerdo con la resolución del juez David Hernández Suárez, del 30 de diciembre del 2003, en la cual se dictan seis meses de prisión preventiva contra Jorge Castillo:

    Efectivamente consta en autos la declaración de John Gilberto Gutiérrez, a quien la Fiscalía pretende usar como testigo de la corona para liberarlo de su participación en estos hechos y lograr con esa versión la vinculación no solo de los coimputados Mora Chaves, Calvo Aguilar, sino al aquí encartado Castillo”.

    “La declaración de John Gilberto Gutiérrez, en lo que interesa dijo:...Con respecto al trabajo en sí, yo me reúno con ellos en McDonalds de Heredia, esto fue antes de Semana Santa, al lugar llega Sandy con un señor que dijo llamarse Jorge Castillo, quien es de pelo negro, trigueño, con un tic en los ojos como de metro setenta, contextura media, vestía sport... Duramos como veinte minutos en la reunión, el empezó a hablar del negocio, me dijo ya usted debe saber para qué estamos citados. Me dijo que no me podía decir todo, me dijo que otras personas iban a pagar el dinero. Me dijo que había ¢13 millones para realizar el trabajo...”.

    “Como tres días antes del homicidio, Sandy y Jorge Castillo me llevaron ¢7 millones, en efectivo los cuales me entregaron en el café Internet en el parque de Santa Ana...”.

    “Por otra parte, ... Barrantes, al momento de darle su versión al Ministerio Público....relaciona al coimputado Castillo con los hechos al indicar en su versión que: Nos fuimos, pasamos a varios lugares con Octavio, lo dejamos cerca de la Corte, John se bajó, llegó otra vez el Mercedez azul, ellos estuvieron hablando con otro sujeto, que le decían 'Coronel Restrepo'...”

    “El día de hoy Barrantes se presenta al Ministerio Público y le indica a la Fiscal que el acusado Castillo es la persona que se hacía pasar como 'Restrepo'”

    Fuente: Expediente 0121-04-059PE, Juzgado Penal de Heredia, Caso Parmenio Medina Pérez.

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