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El morado Wálter Centeno y el florense Cristian Oviedo no se regalaron ni un centímetro en el mediocampo, aunque al final el “Paté” fue quien sonrió.
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Rojiamarillo desteñido
En dos minutos Saprissa apagó la sonrisa de los heredianos
aleaguilar@aldia.co.cr
El rojiamarillo ondeaba radiante en el cierre de un juego salvado en espectáculo por los últimos 15 minutos. Todo apuntaba al noveno triunfo al hilo de los florenses hasta que apareció el carácter del Saprissa… lleno de vergüenza y pundonor.
El golazo de tiro de libre de Jewison Bennett pasaba a segundo plano con el trallazo de su hermano Try y el cierre de locura morada de Álvaro Saborío, quien terminaba de amargar a las miles de almas florenses, que incrédulas se derrumbaban ante la resurrección del Saprissa.
Dos minutos bastaron para que los capitalinos resolvieran un juego en el que parecían inertes, solo a expensas de un milagro…que al final llegaría, para frustración del técnico Rónald Mora y del presidente del club Aquil Alí, enojado y furioso contra el árbitro Greivin Porras.
¿Pero qué reclamaba don Aquil? La victoria del Saprissa fue lograda en buena hora y pese a tener un hombre más en gran parte de la segunda mitad. Más allá de lo que no pitó el juez a favor de Herediano, Saprissa supo esperar el momento para matar.
Claro, al calor de la derrota reaccionó sin freno contra el réferi, pero es clarísimo que Herediano perdió producto de sus errores.
Primero con el despeje al centro de su portero Adrián De Lemos y la nula asistencia de sus compañeros para taparle el remate a Try Bennett. Segundo con el uno-dos-tres del ataque saprissista en la zona de seguridad herediana: Gerald para Centeno y éste a Saborío para levantar de las cenizas al “Monstruo”, que ayer volvió a recobrar el aliento después de la goleada sufrida en Pérez Zeledón.
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Saprissa tuvo dos minutos mágicos, cuando llegaron los goles de Try Bennett y Álvaro Saborío, que tumbaron al “team florense” y ponen al rojo vivo el Clausura.
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AmarradosEl último cuarto de hora fue lo mejor de este partido accidentado y lleno de amarras tácticas. Los primeros 75 minutos se pueden calificar como accidentados, llenos de faltas y escasas jugadas de peligro en ambas áreas.
Saprissa fue el primero en insinuarse en el área de De Lemos, quien resolvió con su acostumbrado aplomo luego del remate de Alonso Solís. Luego volvieron los morados, aunque esta vez apareció la pierna de Michael Umaña para apagar la brasa. Fue de lo poco rescatable de la primera parte, que dio paso a un segundo tiempo de más tensión y pocos riesgos, donde hubo un solo villano: Mauricio Wright.
La pura verdad es que nos sorprendió la actitud infantil e irresponsable del zaguero mundialista, que perdió la cabeza al patear sin balón a Álvaro Saborío. Se expulsó solo y comprometió la parte baja herediana. Es cierto que sin su líbero los florenses encontraron el gol, pero sin él también recibieron dos dardos llenos de veneno. Y es que un defensa central como Mauricio es difícil de suplir en el esquema florense, que luego de su salida pasó a jugar línea de cuatro atrás, apareciendo ahí las grietas que desbordaron de felicidad a los morados.
Momentos en el Rosabal
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Mauricio Wright se ganó infantilmente la expulsión, tras agredir a Álvaro Saborío y dejó al Herediano con un hombre menos en la segunda parte.
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El técnico florense Rónald Mora se mostró muy cariñoso antes de empezar el partido cumbre de la jornada. Pero la tarde no fue completa para él, debido a la derrota de su equipo.
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Aquil Alí protestó al árbitro Greivin Porras, al finalizar el juego. El jerarca florense no supo encajar una derrota en la cual no influyó el réferi, sino los descuidos de su equipo.
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Este “aficionado” ingresó en el segundo tiempo al terreno de juego del Rosabal Cordero, para reclamarle al silbatero. Un pésimo comportamiento que nadie debe imitar.
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