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El sábado 21 de febrero, a las 8 de la noche, la Marimba Orquesta Maribel regaló boleros, cumbias y pasodobles durante una presentación en el Ministerio de Cultura, en San José. Los sones de la tradicional marimba santacruceña resuenan en cada presentación del grupo guanacasteco. /Al Día
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¡Que toque la Maribel!
En Santa Cruz está la única marimba orquesta del país, creada en 1956 Ovidio MUÑOZ/Al Día omunoz@aldia.co.cr
En la Marimba Orquesta Maribel, santacruceña de pura cepa, suenan como nuevos los boleros, las cumbias, y los pasodobles aunque tienen sus raíces en otros tiempos.
Igual pasa con la música regional, como el “Punto Guanacasteco”, “Amor de temporada”, o “Caballito Nicoyano”, que el grupo toca en sus bailes sólo cuando el público los pide.
Cada presentación es un llenazo. Nadie consigue rechazar la tentación de un repertorio por el cual desfilan lo mismo Los Bukis que la Sonora Santanera.
El grupo nació llamándose Marimba de los Hermanos Chema hace 48 años. Hoy es una institución de la música popular costarricense, la única en su clase. Ninguna otra agrupación reúne las mismas características. Quizá por eso hasta gente del Valle Central viaja a Guanacaste para oírla.
Nació en diciembre de 1956, en el seno de la familia Ortega, en Santa Bárbara de Santa Cruz, pero ha extendido sus dominios, ahora la agenda la lleva de Nandayure a Heredia, de Golfito a Lepanto, de Jicaral a San José...
En la noche del sábado 21 se presentó en el Centro Nacional de Cultura (CENAC), durante casi tres horas, con una variadísima oferta.
Juvenal Obando, al que todos llaman “Cholo”, es cantante y su actual director. Así cuenta cómo fueron los primeros días; dice: “hubo una desavenencia entre los hermanos Chema y el grupo se disolvió, pero quedaron dos, y ellos formaron la nueva orquesta”. Dos nacimientosAquel mismo día del 56 vino al mundo la primera hija de uno de los nuevos integrantes, quien propuso para el grupo el mismo nombre de su niña. Nadie se opuso. Así nació la Marimba Orquesta Maribel.
En la actualidad tiene once músicos, todos guanacastecos, la mayoría santacruceños, entre los cuales hay tres profesores de música. El resto es gente con talento innato.
El sonido de este grupo es especial, fruto de la unión de las teclas con las tumbadoras, los saxofones, el bajo, la voz.
Armados con sus instrumentos y un repertorio muy bien seleccionado, el grupo ha recorrido gran parte de Costa Rica.
“Trabajamos en casi todo el país. Hemos tocado en Golfito, San Carlos, Guápiles... pero en la zona de Nicoya es donde hemos recibido más apoyo”, dice Obando, quien está en el grupo desde hace 40 años.
Pensando en su público, en la Marimba decidieron grabar su primer disco en casi medio siglo. Se llama “Sigamos bailando con la Marimba Orquesta Maribel” y lo hicieron en el estudio de Tony Díaz, también en Nicoya, y en él pusieron diez temas originales.
Desde ahora se piensa en el segundo, quizá listo en diciembre, cuando llegue el tiempo del aniversario 49.
La propuesta de la agrupación ha sido bien aceptada. Por eso, dice el director, ni las discomóviles ni los karaokes han afectado la asistencia a los bailes. Música loca noCada sábado, durante tres horas, los músicos se dedican a pulir el repertorio. Sus seguidores exigen sólo calidad.
“También hemos ido perfeccionando el sonido”, agrega Obando, “ahora tenemos marimbas nuevas, muy sonoras”, todas salidas del talento de Miguel Torres, otro santacruceño.
En los bailes amenizados por la Maribel –en sitios populares, salones comunales, fiestas privadas– tienen el mismo espacio los boleros, los pasodobles, las cumbias, y hasta los merengues. “Pero la música loca no”, dice Obando para referirse a algunos ritmos como el reggae.
El trabajo de la orquesta varía. Hay fines de semana muy ajetreados en que se toca los tres días. Sin embargo, en otros sólo hay uno. La mejor época llega con el verano, cuando la agenda impone viajes constantes en la microbús del grupo.
Tanto trabajo permite que algunos de los músicos vivan de lo que ganan con la orquesta. Sin embargo, algunos combinan su labor en ella con otros oficios profesionales. Eso sí, todos le ponen el mismo cariño a la Maribel, esta hija única de la ciudad folclórica de Costa Rica.
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