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Se va el tren Muchos quisieron subir al tren, y por eso la espera se hizo eterna para la gente. Incluso hubo quienes hicieron fila, cuando en realidad querían disfrutar de la estación. Róger BENAVIDES/Al Día
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A todo vapor
Filas, viajes en tren y mucha alegría ayer en el FIA Neyssa M. CALVO ACHOY ncalvo@aldia.co.cr
Los niños con churretes de helado, gente sentada en el zacate comiendo un gallo de carne y el silbido del tren volvieron a la vida ayer la antigua Estación del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico, sede del Festival Internacional de las Artes.
A todo eso se unió la multitud que se aglomeró en la boletería, y las filas para subir al tren para viajar a San Pedro o Pavas, una de las atracciones del festival.
Esta situación provocó el enojo de algunos que por una o dos horas aguardaron, incluso, con niños el ingreso a la estación. Fue el caso de Gabriela Arrieta, Ruth Sandoval y Alexánder Acuña, de San Antonio de Vázquez de Coronado.
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Para niños El cuentacuentos español Pep Bruno encantó a los niños que se acercaron para escuchar sus historias en El Vagón Infantil de La Lectura, en los talleres de la estación. Róger BENAVIDES/Al Día
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Sary Montero, del área de producción del FIA, señaló que el malestar de la gente se dio también porque al esperar el tren se perdían la programación, especialmente las actividades para los niños.
Los que decidieron recorrer la estación, entre las 2 p.m. y las 3 p.m., se encontraron ayer con el aroma de la comida, cuentacuentos, magia y decenas de artesanos que ofrecían sus productos con una sonrisa.
Allí estaba la pequeña María Paula Hernández con su abuelita. Ambas querían disfrutar alguna función y subir antes de que la lluvia cayera en uno de los vagones que vigilan la vieja Estación al Pacífico.
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