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VacÍo perceptible
Una flor, como muestra de un cariño imperecedero, ocupaba ayer la silla vacía de José Miguel Ugalde Quirós durante el ensayo de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Rolando AVILES/Al Día
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Un concierto muy triste
Muerte de Cheche enluta sinfónica Rodolfo MARTIN
rmartín@aldia.co.cr
Amaba la música. Amaba el humor. Amaba la vida. Todo eso se acabó la noche del martes para José Manuel Ugalde Quirós, de 40 años, destacado clarinetista de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Ugalde, conocido como Cheche, fue muerto de al menos tres balazos la noche en Lourdes de Montes cuando caminaba por la acera en la calle principal.
“ Cheche”, practicó por su cuenta el lunes para llegar al ensayo ordinario de la Sinfónica el martes con una mejor preparación, recordó ayer su amiga María del Pilar Redondo, oboeísta de la Sinfónica Nacional.
El martes fue una de las últimas personas en abandonar la sede del Instituto Nacional de la Música, en la urbanización Los Colegios, en Moravia.
“Yo salí del edificio a las 7:15 p.m. y lo vi mientras escampaba porque afuera llovía torrencialmente”, recordó ayer el exfutbolista nacional Alvaro Cascante quien administra la soda del Instituto.
Al llegar a mi casa, agregó, lo primero que hice fue encender el televisor y cual fue mi sorpresa al percatarme que lo acababan de asesinar.
Y junto a su gusto por el humor y los buenos chiles, Ugalde saboreaba el café.
“Un café con leche para Cheche”. Esa era la frase con la cual siempre iniciábamos una agradable conversación, dijo Cascante.
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Luto
Fernando Rivera, empleado del Instituto Nacional de la Música, cuando ayer, a las 10:30 a.m., colocaba un lazo en señal de luto a la entrada del edificio.
Rolando AVILES/Al Día
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El clarinetista, el tercero de seis hermanos, vivió sus años de infancia y juventud en barrio México. Vivía en en Mata de Plátano, Guadalupe.
El OIJ carecía ayer de pistas importantes que condujera a un pronto esclarecimiento del caso, trascendió en medios policiales.
Sus funerales serán hoy a mediodía en la iglesia de San Juan Bosco.
La actividad religiosa contará con la presentación no sólo de la Orquesta Sinfónica, sino también de la Banda de San José. DolorLa noticia de su homicidio generó ayer escenas de gran dolor, especialmente en el Instituto Nacional de la Música en donde él prácticamente pasaba el día entero.
Los excompañeros de la Orquesta y sus alumnos de la cátedra de clarinete, no encontraban explicación a lo ocurrido.
Incluso, algunos de ellos estiman encontrarse inseguros porque el día de mañana puedan ser asaltados con la idea de robarle sus instrumentos por creen que son caros.
“No es cierto, como lo informó un canal de televisión, que el precio de los clarinetes que le robaron a Ugalde ascienda a sumas exhobitantes como los ¢80 millones”, dijo Juan Francisco Sans, director general del Instituto Nacional de la Música.
Al clarinetista, en apariencia, le dispararon desde un automóvil en movimiento cuando, se dirigía hacia la casa de un amigo suyo.
Inicialmente, unos testigos expresaron que fueron dos hombres los que lo ejecutaron, se informó en medios policiales.
Incluso, existe la hipótesis de que recibió impactos de calibres 45 y 9 milímetros.
Unos testigos creen haber observado que los sospechosos huyeron en un Hyundai rojo.
Un automóvil, de similar características, fue utilizado dos horas más tarde durante el homicidio de Pedro Cesar Cedeño Centeno, en Desamparados.
Al igual que en el caso del músico, el móvil del homicidio fue el asalto.
El ensayo comenzó tarde
Los 55 miembros de la Orquesta Sinfónica Nacional que ayer llegaron a la práctica no guardaron la usual disposición y concentración para iniciar a las 8:30 a.m.
El dolor les envolvía.
No en vano, José Manuel Ugalde, el querido “Cheche” había sido asesinado la noche anterior en Lourdes de Montes de Oca.
El ensayo comenzó casi a las 10:30 a.m. en medio de ojos enrojecidos por el llanto y miradas perdidas por la desolación. El recuerdoKimbo Ishij-Eto (director de la Sinfónica):
“Trabajé con él muy poco y mi contacto fue visual. Al verlo, lo que siempre recibí suyo fue una amplia y cálida sonrisa que envolvía a toda la orquesta. Fue un excelente músico y su muerte deja un profundo vacío. Es una gran pérdida para la Orquesta. Rezo para no haya tanta muerte en Costa Rica, como tampoco en Irak o la Unión Soviética”.
Rafael Jiménez (Corno):
“Estamos consternados. Cheche fue un excelente músico y aunque suene extraño para la Sinfónica Nacional será un miembro insustituible por su personalidad la cual transmitía a todos nosotros a través de su instrumento. La Orquesta ya no será la misma. Tuvo un gran sentido del humor, fue muy creativo e inteligente”.
Marcos Ramírez Vásquez (percursionista):
“Tengo 29 años en la Sinfónica lo cual me hace ser uno de sus miembros más viejos. He visto pasar muchos músicos y nunca hubo alguien como “Cheche” que se llevara tan bien con todos los más. Siempre dio la mayor cuota de sacrificio y eso quedó evidenciado en los solos que tuvo que hacer”.
Luis Carlos Amador Brenes (Viola):
“Un homicidio que para lo único que podría servir es para ejemplarizar, una vez más, el inimaginable grado de descomposición social que vive el país. Nuestros gobernantes se olvidaron el ser humano como tal para pensar en términos económicos que vive el país”.
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Ejecutante
José Manuel Ugalde, el clarinetista, fue un activo miembro del ambiente musical costarricense.
Rolando AVILES/Al Día
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Siempre va a tocar
El concierto que la Sinfónica Nacional tiene programado para el viernes entrante continúa en firme pese al asesinato del clarinetista José Manuel Ugalde.
Esa decisión, se tomó con base en una petición que le hicieron sus excompañeros de trabajo al director, Kimbo Ishij-Eto, antes de que comenzara ayer un ensayo.
Así lo confirmó ayer Juan Francisco Sans, director general del Centro Nacional de la Música.
Las partes que al clarinetista le tocaban interpretar, se convertirán en una especie de silencios que solo sus excompañeros o los “Los músicos quieren, de esta manera no sólo solidarizarse con su entrañable amigo, sino que levantar una silenciosa protesta por la ola de violencia y en inseguridad ciudadana que envuelve al pueblo costarricense” expresó Sans.
Ugalde debía interpretar algunos pequeños solos durante el concierto.
A la sede del instituto comenzaron a llegar, desde muy temprano, pésames de personas que por una u otra razón lo conocieron.
Unos empleados decidieron colocarlos en una especie de pizarra para que la gente los leyera.
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