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Consulta psicológica
Educación y seguridad personal
Yolanda HURTADO
yolanda352@hotmail.com
Atiendo dos consultas de unos lectores. Tengo dos hijos, de 8 y 11 años, y les hemos visto conductas de mucha agresividad y hasta les hemos oido vocabulario vulgar aunque en mi hogar no se dan escenas así. ¿Cómo eliminar estas conductas?
R/ Los niños no sólo se relacionan con ustedes, que han sabido darles ejemplo de conductas no violentas y uso de vocabulario adecuado. Ellos reciben influencia de los medios de comunicación colectiva, donde –especialmente en la televisión– están expuestos a escenas de violencia, películas (y hasta fábulas) que les muestran cómo matar, gritar y destruir. Por la radio escuchan canciones donde abundan las palabras “estúpido”, relatos de amor “herido” y otros temas generadores de violencia. Generalmente viajan en busetas donde el personal encargado del transporte escolar suele usar términos y gestos (lenguaje no verbal) inadecuados. Un niño de kinder me decía, al preguntarle por el nombre del chofer de su buseta, que se llamaba “mae”. Las personas adultas olvidamos que los niños son esponjas que absorben toda la conducta de los adultos. Busque el diálogo con sus hijos y, desde la calidad de tiempo compartido, sin censura pero con claridad, hagan una lectura familiar de lo que está pasando en sus vidas y en su entorno a fin de que adquieran, de manera progresiva, la capacidad de discriminar lo que les hace crecer y lo que no.
2. Soy una persona adulta joven y, a pesar de ser profesional, me siento con mucha inseguridad a la hora de tomar decisiones. ¿Cómo fortalecer mi confianza?
R/ De nuestra interacción con las demás personas hemos introyectado una serie de mensajes verbales y no verbales que reflejan lo que nos han dicho que “somos” o “no somos”.
Algunos de estos mensajes los hemos creído y vamos siendo cumplidores de esos mandatos: “sos inútil”, “no hacés nada bueno”, o bien: “sos especial”, “sos seguro”.
Esto ha influido en la persona segura o insegura que hoy somos. La falta de aprobación o el exceso de ella nos ha puesto a elegir en el fondo el aplauso de los demás y no exactamente lo que queremos para nuestras vidas. Clarifique qué desea para su vida y elija lo que realmente usted quiere, elija vivir SU vida y no la vida de los demás. Regálese pequeñas dosis de confianza: la ropa que elige a diario, las personas con las que desea relacionarse, la música que desea escuchar, la película que desea ver. Confíe en sus percepciones.
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