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Numerosos agentes policiales serán necesarios para proteger a Carlos y Camilla el próximo 8 de abril. Archivo/Grupo NaciónAl Día
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Anticamillistas en la mira
Temen ataques el día de la boda del príncipe Carlos
Londres/AP. Las gruesas paredes del Castillo de Windsor, que han protegido a la monarquía británica durante casi mil años, enfrentan una inusual gama de amenazas en la boda real el mes próximo: Terroristas, anarquistas y gente que odia a Camilla.
La policía planea una enorme operación de seguridad para la boda entre el príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles, el 8 de abril, una celebración que el máximo jefe policial del país ha calificado de blanco obvio y enorme para terroristas.
La policía tendrá que contender con manifestantes antimonárquicos y multitudes de espectadores, muchos de los cuales culpan a Parker Bowles por la ruptura del matrimonio de Carlos con la princesa Diana. Cambios peligrososLos preparativos de seguridad se sumieron en el caos el mes pasado cuando el heredero al trono cambió la sede de la boda del fortificado Castillo de Windsor al palacio del ayuntamiento. La apresurada decisión tuvo un motivo práctico: Bajo las leyes británicas, realizar la boda civil en Windson obligaría a habilitar al castillo medieval como un lugar donde celebrar bodas, y con ello cualquier pareja podría solicitar casarse allí.
Pero el cambio de sede creó problemas de seguridad: Numerosos agentes policiales serán necesarios para proteger a la pareja y a sus prominentes huéspedes -incluyendo los hermanos de Carlos- mientras viajan en auto desde la residencia real hasta el ayuntamiento. La reina Isabel II no va a asistir a la ceremonia, porque, de acuerdo con el Palacio de Buckingham, su hijo y su futura nuera desean una boda sencilla.
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