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 Nacionales Domingo 07 de agosto, 2005, San José, Costa Rica.
 

El Pani reconoce que los trámites son lentos

117 niños esperan adopción

Los pequeños de más de 5 años y grupos de hermanos son más difíciles de ubicar

Alejandra Madrigal Ávila

Aguardando el calor de un hogar. Esperando a que una familia los adopte. Así permanecen 117 menores que están en albergues del PANI.

Pero, para 38 de ellos, el sueño de tener papá y mamá está más lejos, pues son niños mayores de 5 años, grupos de hermanos y algunos tienen ciertas discapacidades físicas. Por eso son considerados como "difíciles de ubicar".

Además:

  • "Soy muy feliz, pero quiero papás"
  • Daniel, de 9 años, es uno de ellos. Su problema y el de sus hermanos, Carlos y Cristian, es haber crecido y estar unidos.

    La ministra de la Niñez y presidenta del PANI, Rosalía Gil, asegura que, pese a los "buenos resultados" de la campaña de concientización del año pasado, estos pequeños siguen siendo una preocupación en la institución.

    Terminada la campaña, se recibieron 500 llamadas y 250 familias cumplieron con los requisitos, pero solo cinco pequeños han sido dados en adopción.

    "En el país hay una cultura de adopción, lo que no existe es esa aceptación a los grupos de hermanos y a los chiquitos mayores de cinco años. Por eso, nuestra insistencia en que ellos también tienen derecho a una familia", comentó Gil.

    Agregó que Estados Unidos es uno de los países más anuentes a adoptar a menores en esas condiciones, pero que no se están tramitando casos hasta que no firmen un convenio internacional sobre adopciones.

    "Las conversaciones entre ambos países se mantienen, pero debemos afinar los mecanismos", dijo Gil.

    Menos casos

    Según el PANI, el año pasado, solo fueron adoptados 81 niños, cifra muy inferior a la que se reportó en el 2003, cuando se ubicó en familias a un total de 157 pequeños.

    Para junio de este año, solo se habían dado en adopción a seis niños en familias nacionales, y dos a extranjeras. Otra forma de adopción es la directa, que se hace mediante un abogado y sin la intervención del PANI. Este año, ha habido cuatro de ellas

    La funcionaria reconoció que el proceso de adopción es lento, por ser "muy cuidadoso".

    Ahora se promueve una reestructuración y descentralización del Consejo Nacional de Adopciones del PANI, pues todas las acciones se desarrollan desde San José. La idea es que participen funcionarios de todas las oficinas regionales del PANI, a fin de hacer más expeditos los trámites.

    Así se hace

    1 Abandono Para iniciar el proceso de adopción, el menor debe ser declarado en abandono, y primero se trabaja con la familia biológica, si el niño tiene.

    2 Sin plazo Una vez declarado al pequeño en abandono, el PANI no tiene un plazo fijo para encontrar a una pareja o familia para la adopción. Esto hace que muchos niños pasen años en los albergues.

    3 Los papás La pareja que sea calificada para tener al menor como su futuro hijo, debe pasar antes por un proceso con psicológos y trabajadores sociales, encargados de conversar con ellos.

    4 Acoplándose Cuando se encuentra a la familia idónea para el menor, se debe pasar por una etapa de acople que puede tomar unos seis meses.

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    La preferencia de las familias costarricenses es adoptar a bebés menores de 2 años y, principalmente, a mujeres, pero los niños con esas condiciones son pocos.
    Esteban Dato

    "Soy muy feliz, pero quiero papás"

    Alejandra Madrigal Á

    Daniel, de 9 años, es el mayor de tres hermanos. Todos son hombres y han vivido juntos desde hace 5 años en un hogarcito, en San Pedro de Montes de Oca.

    El pequeño asegura ser feliz, pero, cuando piensa en tener papá y mamá, guarda silencio y no sabe explicar las razones por las que desea vivir con una familia, junto a sus hermanitos.

    "Este hogar me ha gustado mucho, antes vivía en un apartamento con mis otros papás, pero ellos ya no son más mis papás, y ahora esperamos tener unos nuevos y una casa", dice Daniel.

    Es un niño callado, "más tranquilo que mis hermanos. Es que uno de ellos sí molesta más, yo molesto menos, pero siempre nos portamos bien con las tías que tenemos aquí".

    Mientras conversamos de que le gustaría llegar a ser futbolista, sobre todo del Saprissa, su hermano, Carlos, lo observa detenidamente y no dice nada.

    "Vea, ése es mi hermano, el que molesta un poquito más, el otro está en la escuela".

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    Estos niños están en un albergue de San Pedro, y esperan tener papá y mamá.
    Esteban Dato

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