Dos hombres más resultaron heridos en Villas de Ayarco, Tres Ríos

Después de bailar, lo mataron de un balazo en la cabeza

Javier Elcock Tucker, de 23 años, falleció frente a una casa donde había una fiesta

Tres Ríos- Minutos antes de que una bala le quitara la vida, Javier Elcock Tucker, de 22 años, bailaba y cantaba en una fiesta celebrada antenoche, a las 11:30 p.m., en Villas de Ayarco, Tres Ríos.

Tucker salió de la vivienda y en ese momento dos hombres, con pasamontañas, le dispararon en la cabeza. El joven limonense murió en forma instantánea en el sitio frente a la mirada de varios jóvenes que corrían atemorizados.

En medio de la balacera, también resultaron heridos Ronald Torres, de 22 años, y Danny Anchía León, de la misma edad. Ambos fueron impactados en el muslo de la pierna izquierda.

Hasta ayer las autoridades judiciales investigan tres versiones de lo ocurrido. La primera es que Javier habría sido asesinado por una venganza o un ajusticiamiento. Los hombres, según testigos, esperaron que saliera para dispararle. Ambos estaban en una esquina aguardando con los pasamontañas en la cabeza y cuando lo vieron salir corrieron con las armas en la mano y lo ultimaron.

Otra de las hipótesis es que Javier salió en el momento que los asesinos iban a matar a otro joven que estaba en esa misma fiesta y se encontraba en las afueras de la casa. El limonense habría sido herido y asesinado por error.

También se dice que los homicidas se equivocaron de persona y no era Javier a quien buscaban sino otro hombre con sus mismas características, que no estaba en la fiesta.

Los dos heridos de bala fueron trasladados al Hospital Calderón Guardia, donde ayer en la tarde fueron dados de alta. Ellos se encontraban al frente de la casa cuando se inició la balacera.

Cuando Elcock intentó escapar se tropezó con Torres a quien le cayó encima. En ese instante, uno de los disparos impacto al segundo en las piernas.

"Escuché los balazos y corrí por mi vida"

Ronald Torres Rivera, de 22 años, uno de los hombres heridos antenoche en una balacera en Villas de Ayarco, Tres Ríos, comentó ayer que cuando vio los hombres disparando trató de esconderse para no ser herido.

Tenía pocos minutos de haber llegado porque unos amigos le comentaron que se iba a hacer una fiesta en esa casa.

Todo estaba tranquilo, dijo el joven, cuando vimos a dos hombres en la esquina que se asomaban y se escondían.

Cuando salió Javier Elcock, a quien Torres asegura que no conoce, vio que los hombres se vinieron corriendo con los pasamontañas en la cara y le dispararon. "El muchacho corrió hacia mi después de que le dispararon y me cayó encima. Los hombre se acercaron y le disparaban, fue algo impresionante", dijo Torres, quien se encontraba ayer en su casa en San Diego de Tres Ríos. "Una de las balas me hirió, pero no tengo nada que ver en ese problema, simplemente estaba en el lugar equivocado".

Divertido y trabajador

Limón. - Javier Elcock Tucker, de 23 años, era conocido en su barrio, La Bomba, a unos 15 kilómetros al sur del centro de Limón, como un joven divertido, amable y trabajador. Antes de irse a San José, se ganaba la vida vendiendo "paty", en las viviendas del barrio.

"Salía con una bicicleta a vender por todas las casas de la zona. La gente lo quería. De los hijos era el más trabajador", comentó ayer en su casa Phillip Ewers, padrastro de Javier.

Hace tres meses y medio, Javier Fernando se fue a vivir a San José con el deseo de "juntar más cincos", explicó Ewers.

Encontró trabajo en una constructora para poder ahorrar el dinero necesario e irse a reunirse con su hermano, quien trabaja en una embarcación fuera de Costa Rica.

Javier tocó el bombo en la banda de la Escuela El Castillo Nuevo de La Bomba.

Luego estudió hasta tercer año en el Colegio Diurno de Limón. "Recibí, a la 1: 30 a.m., la llamada mediante la que me dijeron que Javier había muerto", manifestó Ewers.

Según la familia, los asesinos no iban a matar a Javier Fernando. Dicen que las balas iban para otra persona. "Estamos muy afectados, no puede ser que un joven bueno y con ganas de salir adelante muera de esa forma", explicó el padrastro.

La madre de Javier, Dorla Tucker, realizaba ayer los trámites en la Medicatura Forense para poder tener el cuerpo de su hijo. "Es un dolor inmenso el que sentimos, no podemos describir este dolor", dijo el padrastro.