Pido la palabra

¡Que nos toque el más feo!

¿Cuál es el miedo? Si ya nos ha tocado dos veces, en Italia 90 y Corea-Japón 2002, que se venga otra vez. Lo peor que nos puede pasar es que nos meta otros cinco, que Ronaldinho se la pase en medio de las piernas a uno de nuestros más laureados defensores o que se lo meta a Porritas, Mesén o Wardy de tiro libre, dejándolo parado, para luego mostrarle al mundo esa sonrisa que hace del fútbol algo bello, aunque a él le digan "feo". Que se venga con Ronaldo, Robinho, Adriano, cuando, el viernes, el azar defina los grupos para el Mundial de Alemania.

Quizás logremos el balance, la combinación perfecta entre aquel ultradefensivo planteamiento tico en Italia 90 y el atrevido "tú a tú" en Corea-Japón 2002. Con ambos perdimos: 1-0 en el primero, pero sin lograr ni siquiera un tiro de esquina. 5-2 en el otro, por creer que así no más le faltaríamos al respeto. Si me preguntan con cuál me quedo, escojo el segundo. Con la dicha de haberlo observado en vivo, tras la derrota me quedó el consuelo de escuchar los mejores comentarios de periodistas extranjeros para aquella atrevida Costa Rica que llegó a jugar (¡si no a qué se va a un Mundial!), el único país que le anotaría dos goles al, a la postre, campeón del mundo. Se podía jugar mejor y no quedar eliminados. A lo mejor se puede en Alemania 2006. ¡Por favor, que se venga Brasil!