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 Sucesos Martes 06 de diciembre, 2005, San José, Costa Rica.
 

En Limón

Ultiman de un disparo en la cabeza a exoperario de AyA

Víctima esperaba aguinaldo para irse a Canadá

Róger AMORETTY, corresponsal
Rodolfo MARTIN

Limón.- Con un disparo en la parte posterior de la cabeza, y sin ropa, apareció ayer asesinado en Moín un exoperario del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), según informó la Fuerza Pública.

La víctima, identificada como Javier Artavia Solís, de 27 años, era vecina del barrio La Colina y tenía unas 24 horas de muerta, de acuerdo con la apreciación de los cruzrojistas que llegaron al sitio.

"Mi hijo esperaba el pago de las prestaciones y el aguinaldo para irse a trabajar a Canadá", recordó ayer su padre, Carlos.

Artavia, quien era el menor de cinco hermanos, trabajó para AyA hasta hace un mes y medio.

El homicidio trascendió por una llamada telefónica anónima que ingresó a la Comandancia de Plaza, a las 2 p.m.

Sin embargo, no fue sino hasta 30 minutos más tarde cuando se confirmó el hallazgo del cadáver.

Al cierre de la presente edición, la delegación del OIJ de Limón desconocía el móvil del homicidio.

Asimismo, carecía de pistas sobre algún sospechoso.

En varios metros a la redonda de donde se hallaba el cuerpo, la policía descubrió algunas evidencias como un gran charco de sangre en cuyo lugar habría sido ultimado el operario y, después, arrastrado unos 15 metros.

Asimismo, aparecieron diseminados por el lugar el pantalón de la víctima y un casquillo.

En el sitio había varias pisadas y la huella de las llantas de un carro de doble tracción.

Así lo veo

Wilfredo Robles, policía.

Atendía una protesta cuando me llamaron para que verificara el caso. El aviso, desgraciadamente, fue positivo".

Geovanny Bermúdez, amigo.

La noticia me tomó por sorpresa. Es algo muy doloroso. No puedo imaginarme por qué pasó todo esto".

Foto: 1135014
El cadáver apareció en Moín, a un kilómetro del bar Tortugas, rumbo a la boca de Matina.
Róger AMORETTY

Foto: 1135016
La camisa, a simple vista, lucía normal. Al levantarla, estaba impregnada de sangre.

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