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Sin diferencia
En las elecciones del 2006 se augura mayor abstencionismo, aunque la elección presidencial es válida con más del 40% de los votos emitidos para un candidato.
Érick CÓRDOBA/Al Día
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Abstencionismo no castiga a políticos
Sólo 1,5 millones iría a las urnas en el 2006 Pablo GUERÉN CATEPILLÁN
pgueren@aldia.co.cr
¿Es usted mayor de edad y podrá votar en las elecciones del próximo 6 de febrero? ¿Ha decidido abstenerse de votar para así castigar a la clase política que lo decepciona? ¿Piensa que al no votar hará la diferencia para el país?
Mejor reconsidere, pues la Constitución Política establece en su artículo 138 que para ser electo Presidente es suficiente obtener "una mayoría de votos que exceda del cuarenta por ciento el número total de sufragios válidamente emitidos".
Si a las próximas elecciones llegan a las urnas instaladas en todo el país 100 costarricenses, bastaría que más del 40 por ciento de los votos válidos favorecieran a un mismo candidato para tener nuevo Presidente. y todo seguiría igual.
El padrón electoral, a marzo, tiene a 2.502.485 ticos habilitados para sufragar. Si el abstencionismo alcanza 40 por ciento, como reflejan en promedio las últimas encuestas y estudios, a las urnas irían 1.501.491 personas y si el 40 por ciento de los votos que ellos emitan válidamente apoyan a un mismo candidato, éstos serán suficientes para tener al sucesor de Abel Pacheco. Poca legitimidad Tenga presente que 1,5 millones de personas constituyen casi el 34,88 por ciento de la estimación actual de la población (4,3 millones) de Costa Rica, según datos extraídos ayer de la página de internet del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica.
"No concurrir a las urnas no va impedir que alguien gane", advierte el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Óscar Fonseca.
"Sé que la ciudadanía ha estado sacudida por acontecimientos recientes en política, pero cuando alguien tiene problemas no hay que evadirlos, hay que buscar soluciones, y en este caso la mejor es ir a votar por la persona que se piensa puede comenzar ese cambio No votar es hacerle el juego precisamente a los que quieren seguir en lo mismo", añadió.
Y otro punto, ¿qué legitimidad tiene un Presidente electo por el 40 por ciento de los votos válidos? Fonseca no esconde la preocupación.
"En América Latina es muy importante la participación ciudadana, pues es como una fiebre y si esa fiebre no funciona llevando a la gente a votar, pareciera que se deslegitima, al menos en parte, el candidato electo. Por eso el abstencionismo del que se está hablando me preocupa", concluyó.
Resfriados con el sufragio
Entre 1962 y 1994 votó en promedio el 82 por ciento de los ticos inscritos en el padrón electoral. En el 2002 esa cifra bajó a 68,8 por ciento y para el 2006 no se descarta un abstencionismo del 40 por ciento. ¿Qué nos aleja de las urnas?
La última encuesta de Demoscopía para Al Día, reveló que 45 por ciento de los ticos que están indecisos o no quieren votar el 6 de febrero lo decidieron por "la corrupción". Otro 12,9 por ciento dijo que por "los malos gobiernos", 10,9 porque los políticos "no cumplen sus promesas". La encuesta es nacional, se aplicó del 21 de mayo al 1 de junio a 1.200 personas y tiene un margen de error del 2,8 por ciento.
Los datos de Demoscopía refuerzan los publicados en el estudio "El Abstencionismo en Costa Rica ¿quiénes son y por qué no votan los y las ciudadanas en las elecciones?", del Instituto de Investigaciones Sociales de la UCR, que entrevistó a 798 votantes y a 787 abstencionistas, que no votaron en las elecciones de 1998 ó 2002.
Se concluyó que los motivos políticos son los más fuertes para alejar a los votantes, entre ellos destacan "la molestia, decepción y desconfianza con los políticos y/o la política", "opciones electorales insatisfactorias" y "el mal desempeño del gobierno o el incumplimiento de promesas".
El estudio también detectó un distanciamiento del proceso electoral de algunos sectores desfavorecidos socialmente: habitantes de lugares distantes, con menor nivel educativo y socioeconómico y con los jóvenes.
Las elecciones perdieron su carácter festivo, disminuyó la actividad político-electoral a nivel local y el contacto cara a cara entre políticos y ciudadanos. Según el estudio ese distanciamiento se complica con la televisión que encarece las campañas y aleja a los políticos de los votantes".
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