Domingo 13 de marzo, 2005. San José, Costa Rica.


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Imágenes del intento de asalto y secuestro a la sucursal del Banco Nacional en Monteverde

Foto Principal: 928901
En familia
Santos Cruz Martínez y Santos Hurtado Martínez murieron el martes al intentar entrar, a las 3:30 p.m., a la sucursal del Banco Nacional en Monteverde. Erly Hurtado (foto inserta) fue detenido.
Claudia Meinicke y Juliane Lewy, para/Al Día

Comando sangriento

Criminales de Monteverde arrastraban 18 asaltos y 10 homicidios

Santos Hurtado Martínez tenía antecedentes en Nicaragua

Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA

Colaboró con esta información Rodolfo MARTIN y Sylvia ALVARADO.

A la banda que atacó sin miramientos, el martes anterior, la agencia del Banco Nacional en Monteverde, Puntarenas, se le atribuyen al menos 18 asaltos y se le vincula con 10 homicidios. Eso la convierte en violenta y sanguinaria.

Los golpes, según un informe oficial del OIJ, los cometieron en Atenas, Cartago, Miramar, Turrialba, Siquirres, San Ramón y San Isidro de Alajuela.

Además:

  • Plata de asalto llegó a Turrialba
  • El miedo es permanente
  • "Es muy seguro que son los mismos"
  • "Entraron disparando"
  • "Ya se hizo justicia"
  • También está ligada con tres asesinatos ocurridos en Naranjo, Estanquillos de Atenas y Sabanilla de Alajuela.

    A ese número se suman las siete personas fallecidas durante el intento de robo y toma de la sucursal bancaria de Monteverde.

    El grupo, que estaría integrado por, al menos, siete hombres -en su mayoría nicaragüenses- tenía un amplio historial delictivo, confirmó Jorge Rojas, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

    Los miembros de la banda identificados por la policía son Santos Majori Cruz Martínez (fallecido), Santos Argentor Hurtado Martínez (fallecido) y Erly Hurtado Martínez (único detenido).

    Se presume que también integra la banda un tico vecino de Turrialba. Otras dos personas, que no actuaban siempre, también formarían parte de ella.

    Rojas, indicó que al menos 13 asaltos fueron cometidos en forma violenta: los hombres entraron disparando a los restaurantes, bancos y pulperías que robaron.

    Esta misma banda asaltó la agencia del Banco Nacional de Miramar, Puntarenas, el viernes 17 de setiembre del 2004. De allí se llevaron ¢6 millones.

    Misma marca

    Según un informe judicial (del que Al Día tiene una copia) la forma en que los sujetos ingresaron esa vez en Miramar es idéntica a la de Monteverde.

    Las grabaciones del circuito cerrado de televisión del asalto en Miramar revelaron que los asaltantes entraron disparando, con trajes de fatiga, los rostros cubiertos y varias AK-47. Huyeron a pie hacia la montaña, posiblemente de la misma manera como pensaban hacerlo el martes anterior.

    La policía determinó que se trataba de los mismos hombres, ya que varios billetes de dólares y colones manchados con tinta fueron rastreados en un almacén de Turrialba donde uno de los hermanos Hurtado Martínez y otro hombre -todos miembros de esa banda- compraron una lavadora (vea nota aparte).

    Más muertes

    A la banda se le atribuyen 10 muertes ocurridas durante varios asaltos.

    Siete de ellos sucedieron entre las 3:15 p.m. del martes anterior y las 7 p.m. del miércoles en la sucursal de Monteverde, donde contabilizaron más de 730 impactos de bala.

    Los fallecidos por disparos de AK-47 y 9 milímetros son Víctor Badilla, María Bolaños, Óscar Quesada Fallas, Mario López, Rosa Marchena, William Suárez y Juan Pablo González Ledezma.

    El OIJ investiga las circunstancias de su muerte, pues se presume que Erly Hurtado lo habría ultimado a sangre fría, mucho después del tiroteo inicial de ingreso a la agencia.

    La indiferencia e impasibilidad mostrada por Hurtado, luego de la masacre protagonizada en Monteverde llamó la atención del párroco de lugar, Omar Romero, quien ayer dijo a Al Día que al ser pasado a la Casa Cural, para su indagatoria inicial estaba "tan tranquilo como si viniera de un supermercado".

    El 22 de enero del 2005 este grupo habría asesinado a William Soto, contador de una finca cafetalera en Sabanilla de Alajuela (ver nota adjunta).

    Otra de las víctimas de la banda fue Fernando Gutiérrez Molina, pulpero asaltado en Naranjo el 2 de mayo del 2004 (nota aparte).

    El 17 de enero del 2004 murió Rafael Ramírez Alvarado, pulpero asaltado en Estanquillos de Atenas.

    En todos esos casos, los delincuentes ingresaron a los locales abriendo fuego.

    Las autoridades también estiman que el grupo sería el responsable de un violento atraco ocurrido el 23 de agosto del 2004 en Aquiares, Turrialba. Ese día, hombres con pasamontañas y ropa de fatiga dispararon contra las vidrieras de un supermercado.

    Después sacaron unos ¢250 mil de la caja registradora y ¢60 mil en licores.

    "Escuela" guerrillera

    Las autoridades determinaron que los delincuentes tienen preparación en guerrilla, pues manejan bien armas pesadas como AK-47. Además, tenían un arma calibre 40, difícil de conseguir en el mercadeo local.

    La noche del miércoles, cuando finalizó el secuestro en Monteverde, la policía encontró, además, dos AK-47, un rifle T65 calibre 556 y una 9 milímetros.

    Un informe de la Policía Nacional de Nicaragua señala que Santos Argentor Hurtado Martínez, de 28 años, tenía un amplio historial delictivo en ese país.

    Geraldine González, vocera de la Policía Nacional de Nicaragua, dijo que el hombre nació en Pueblo Nuevo, provincia de Estelí, y era vecino de la comarca La Vigía Norte, provincia de Nueva Segovia, al el norte del país. Agregó que Santos Cruz Martínez nació en Wiwilí, provincia de Jinotega, pero residía en la comarca Buena Vista (suelo costarricense) y usaba cédula tica.

    González añadió que, según registros de la policía, Hurtado Martínez fue arrestado en Nicaragua en 1999 y puesto a la orden de las autoridades judiciales por el delito de hurto. Los dos hombres murieron durante el fallido asalto y secuestro en Monteverde.

    Los integrantes de la banda se camuflaban en fincas cafetaleras y cañeras, tratando de confundirse con inmigrantes nicaragüenses.

    Foto Principal: 928550
    Violento asalto
    El 24 de agosto del 2004 una banda de nicaragüenses, tras disparar contra vidrieras y amedrentar a clientes y empleados, asaltó el Supermercado Aquiares, en Aquiares de Turrialba.
    Archivo/Al Día

    Plata de asalto llegó a Turrialba

    Tico estaría en el grupo

    Érick CARVAJAL MORA

    Turrialba.- El cuarto miembro de la banda que sembró terror en Monteverde es costarricense.

    El hombre, quien vivía en Turrialba, específicamente en el barrio Las Américas, se unió al grupo y participó del asalto a la agencia del Banco Nacional de Miramar.

    Después de ese golpe la policía empezó a seguir su rastro.

    La identidad del turrialbeño no fue proporcionada por la policía, por asuntos de investigación, pero Al Día supo que se realizaron, el año pasado, más de tres allanamientos en diferentes casas de familiares del sospechoso, en Turrialba. El fin de estas acciones policiales era atrapar al asaltante. Sin embargo, no hubo suerte.

    Este hombre, el único tico que se unió al grupo, trajo al cantón azucarero una de las bolsas con el dinero robado en ese banco.

    Los billetes, de ¢10 mil, habían sido manchados con tinta roja por un sistema interno de seguridad de la bolsa, que se activa cuando alguien trata de abrirla en forma violenta.

    El dinero fue recogido por la compañía que se encarga de transportarlo y depositarlo en el banco. No fue hasta que llegaron a la sucursal bancaria cuando las autoridades se dieron cuenta de lo que pasaba.

    La casa del costarricense fue allanada, se decomisó una lavadora y otros billetes, pero no se pudo dar con él.

    Según las investigaciones judiciales, este hombre se habría unido al grupo luego de defender o "apadrinar" a alguno de ellos en algún pleito.

    En Turrialba, la banda atacó violentamente siete comercios, entre ellos el supermercado Aquiares pero en ninguno de los casos hubo heridos.

    Foto Principal: 928860
    TESTIGO
    Mayra Núñez fue la primera persona que ingresó a la agencia de Miramar cuando la violenta banda robó ¢6 millones en setiembre del 2004.
    Manuel VEGA/Al Día

    El miedo es permanente

    Miramar revivió golpe bancario

    Rodolfo MARTÍN

    Montes de Oro, Puntarenas. Los múltiples impactos de bala que aún son perceptibles en la pared lateral derecha de la sucursal del Banco Nacional en Miramar, a pesar de la macilla y manos de pintura, evidencian el salvajismo con que actuaron los asaltantes el 17 de setiembre del 2004.

    La violencia y crueldad de la banda quedó marcada en esa pared, y también en las mentes de los funcionarios bancarios, clientes y vecinos que lo vivieron.

    Wendy Cortés, miscelánea en la agencia, rompió en llanto el martes al escuchar la noticia del asalto en Monteverde, pues pasó por lo mismo.

    Alexánder Ortiz, a quien uno de los delincuentes -presuntamente Erlyn Hurtado Martínez- mantuvo apuntado con una AK-47, volvió a experimentar el mismo nerviosismo de aquella tarde.

    Para Ana Naranjo, funcionaria bancaria, el susto fue mayor: ella alertó el jueves 3 de marzo, a las 9 a.m., al gerente, Edwin Castro, sobre la presencia en Miramar de los mismos sujetos que habían cometido el asalto en setiembre.

    "Una señora me llamó por teléfono para advertirme: 'Ana ahí van. Ahí van otra vez. Acaban de pasar por aquí, en Santa Rosa'", recordó ayer.

    Esa informante es Lilliam Alvarado Venegas, quien llamó al banco porque en la delegación nadie contestaba el teléfono, confirmó ella misma ayer.

    El horror del asalto embargó de nuevo a Ana, quien visualizó de inmediato un nuevo ataque porque, minutos antes de la llamada, acababa de salir un remesero cargado. Ella llamó a la delegación de Miramar, desde donde enviaron dos hombres de refuerzo. Comenzaron a tomar medidas: avisar a la seguridad bancaria y retirar todo el dinero posible de las cajas. "Lo más grave de todo es que estos tres hombres nos robaron. violaron nuestra tranquilidad", dijo.

    Miramar nunca volverá a ser el mismo. Tampoco sus habitantes.

    Ligia Álvarez Ulate, también retenida durante el asalto de setiembre, puso candados en todas las puertas desde el martes. "La reacción pareciera extrema, pero mi esposa quedó muy afectada después de aquel suceso", afirmó su esposo Alberto Rodríguez, también rehén.

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    En la memoria
    Óscar Soto, padre de William (foto inserta), aseguró el viernes, a la 1:45 p.m., que su hijo le hace mucha falta. "Era como un amigo al que acompañaba al trabajo".
    José RIVERA/Al Día

    "Es muy seguro que son los mismos"

    Banda habría matado a pagador de finca

    Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA

    Sabanilla de Alajuela.- "Es muy seguro que sean los mismos: actuaron de la misma manera contra mi hijo. Entraron a matar sin decir nada para robarse el dinero", dijo el viernes Óscar Soto, padre de William Soto, pagador de la finca El Espino, en Sabanilla de Alajuela, asesinado de varios disparos de un arma 9 milímetros el 22 de enero pasado. Cuatro hombres llegaron a la finca y, disparando por una ventana de su oficina, lo acribillaron. Luego se llevaron ¢1,5 millones.

    "Aún nos duele mucho. No podemos creer que haya gente capaz de hacer algo así. Él era un buen muchacho.

    Había uno de ellos, de los de Monteverde, que vivía muy cerca de aquí... Es posible que ellos sean los mismos que mataron a mi hijo, según nos ha dicho el OIJ", explicó don Óscar.

    Él cree posible que a su hijo lo tuvieran vigilado, pues era apenas la tercera vez que pagaba.

    "Seguro alguno de ellos trabajaba en la finca y se enteró de eso. Luego decidieron asaltar. Ya el patrón de mi hijo le había dicho que si alguna vez lo asaltaban diera el dinero para que no le pasara nada.

    Sin embargo, estas personas llegaron sin ninguna compasión y lo mataron, sin decir una palabra", comentó.

    La víctima recibió varios balazos en la cabeza. Murió en forma instantánea.

    La policía encontró desperdigados en el lugar casquillos de 9 milímetros.

    "Ahora solo uno tendrá que pagar por todos los delitos que han cometido y por el dolor que han causado a muchas familias", dijo el padre del fallecido.

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    "Fueron ellos"
    "Es muy posible que ellos lo hayan matado", dijo el viernes, a las 3:20 p.m., María de los Ángeles Ramírez, hija del pulpero asesinado (foto inserta).
    José RIVERA/Al Día

    "Entraron disparando"

    También en Atenas

    Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA

    Estanquillos, Atenas.- El dolor aún se percibe en el ambiente. Los recuerdos, desafortunadamente, son sangrientos...

    "Entraron a matar. Tocaron la puerta. Mi padre empezaba a abrirla cuando la empujaron y le dispararon a quemarropa. Se llevaron lo que querían. Todo fue muy rápido", recordó este viernes María de los Ángeles Ramírez, hija de Rafael Ramírez Alvarado, pulpero asesinado el 17 de enero del 2004 en Estanquillos, Atenas.

    El hombre, de 56 años, murió después de que cuatro desconocidos entraran en su negocio, con los rostros cubiertos, y le dispararan dos veces en el abdomen.

    "Son muchas coincidencias. Es la misma forma con que actuaron en Monteverde. Tenían pasamontañas, trajes de fatiga y armas grandes", explicó María de los Ángeles. Ese asalto en Atenas habría sido ejecutado por la misma banda que atacó en Monteverde. Incluso, un informe de la policía judicial lo respalda.

    "Siempre se supo que eran nicaragüenses que se escondían en una casa de una finca cercana. Aquí es una zona donde hay mucho nicaragüense", dijo la joven. Por la forma en que actuaron, la policía judicial también sostuvo la versión de que era un grupo de nicaragüenses.

    Los delincuentes huyeron con unos ¢700 mil en efectivo y un lote de zapatos.

    Foto Principal: 928904
    Sin dudas
    Los hijos del pulpero Fernando Gutiérrez (foto inserta) están seguros de que uno de los miembros de la banda mató a su padre.
    Carlos SALAZAR, corresponsal/Al Día

    "Ya se hizo justicia"

    Familiares de pulpero asesinado

    Carlos SALAZAR, corresponsal

    Naranjo. Los hijos del pulpero Fernando Gutiérrez, asesinado el 2 de mayo anterior, esperaban, este viernes, información oficial sobre la muerte del autor del crimen de su padre.

    Santos Hurtado Martínez, asaltante abatido durante el frustrado asalto a la agencia del Banco Nacional en Monteverde, habría sido el autor de la muerte de Gutiérrez, fallecido a causa de las heridas de bala de AK-47 que le propinaron al asaltar su pulpería.

    Flor, Melvin y Carlos Rodolfo Gutiérrez Jiménez dijeron que días antes de la muerte de su padre, Santos fue visto mientras hacía un trato para la compra de una plantilla de gas.

    Melvin aseguró que el día de la muerte de su papá vio cuando Santos mataba a un perro, al lado de una bodega entre la casa y el puente sobre la quebrada Pilas, a la entrada de la radial a Naranjo.

    "El hombre mató al perro pastor alemán disparándole varios tiros y corrió por un camino aledaño hacia los cafetales cercanos donde se perdió", indicó.

    Además, aseveró que, en esos días, también vieron en el barrio al hermano de Santos, Erly Hurtado, quien se entregó la noche del miércoles pasado a las autoridades, luego del fallido asalto en Monteverde. La noche del asesinato del pulpero, Carlos Arrieta, agente de la Fuerza Pública de Naranjo, tuvo un intercambio de disparos con el asesino.

    "En la familia todos estamos seguros de que Santos fue quien mató a nuestro padre.

    "Estamos esperando que la policía nos informe la verdad del caso", dijo la hija.

    Agregó que tienen informes extraoficiales de que una de las armas utilizadas en Monteverde fue usada para ultimar a su padre, "y esperamos, en unas 48 horas, tener el informe de balística para que nos confirmen si se ha hecho justicia".

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