Piedra, papel o tijera
Subasta mundial
Nueva York/AFP. Un coleccionista japonés no sabía si subastar sus cuadros de Picasso, Van Gogh y Cezanne en las casas especializadas de Sothebys o Christies, por lo que decidió que representantes de ambas casas se enfrentasen al juego de "piedra, papel o tijera". El duelo fue ganado por Christies.
Tashi Hashiyama, presidente de una compañÍa electrónica, decidió que la colección-de un valor superior a los $20 millones-se la disputarían representantes de las dos empresas a una ronda de "piedra, papel y tijera".
En este juego infantil, que se practica en casi todo el mundo, dos jugadores se sitúan frente a frente y dicen en voz alta "piedra, papel, tijera", mientras balancean su puño.
Luego, deben transformar su puño en una representación de uno de los tres objetos mencionados del siguiente modo: el puño cerrado representa a la piedra, y la mano totalmente abierta al papel, mientras que los dedos índice y medio extendidos y el resto encogido son la tijera.
El papel vence a la piedra, la piedra a la tijera y la tijera al papel. En caso de que los dos jugadores presenten el mismo objeto, se disputa ronda de desempate.
"El modo en que se ganan las colecciones depende a veces de la resolución más insignificante", explicó AFP Nicholas Maclean, director internacional y co-responsable del departamento de Arte Moderno e Impresionista de Christies.
"El propietario de la colección no se decidía entre las dos grandes casas, y en Japón no es infrecuente que las decisiones se tomen con este juego. Cuando lo mencionó, no nos sorprendimos", agregó.
"Nos lo tomamos muy en serio y empezamos a investigar. Una señora en Japón hizo su propio estudio e independientemente llegó a la conclusión de que debíamos escoger tijeras".
"Yo hablé con mis hijos", que juegan a menudo, "y ellos también creyeron que esa era la opción. Así que decidimos tijeras", narró Maclean.
Los representantes de ambas casas se reunieron a finales de enero y presentaron su decisión por escrito. Ganó Christies.
La adquisición supone una enorme cantidad de dinero, puesto que las casas de subastas cobran a los clientes un porcentaje en comisión inversamente proporcional al precio de los lotes, pero que puede ascendender hasta un 20 por ciento.
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