Por "peligroso e insalubre"

Salud ordena clausura y desalojo del Congreso

González no descarta maniobra para impedir votación del TLC

Por "serias deficiencias físico, sanitarias y de seguridad", "grave daño estructural" y "vulnerabilidad sísmica", el Ministerio de Salud dictó una orden para clausurar y desalojar casi todos los edificios del Congreso, en plazos de entre 15 días y 2 meses.

Así consta en el informe DAS-CMU-1087-2005, emitido el viernes por la doctora Carolina Guillén, directora del Área de Salud Carmen, Merced y Uruca.

El caso más dramático es el edificio de Recursos Humanos, que fue declarado inhabitable "por peligroso e insalubre". Ahí se han reportado plagas de ratas, cucarachas, zancudos, filtraciones de aguas negras, malos olores y hacinamiento.

También en 15 días deberán ser reubicados quienes trabajan en el archivo del edificio principal, que presenta otro de los males clásicos del Congreso: ausencia de "alarma contra incendios y de una salida expedita para evacuación". Mientras, en dos meses, deben ser desalojados edificios como el Castillo Azul, Casa Rosada, Colegio Sión y el edificio Lamm.

Indignación

Lo curioso es que la orden sanitaria, lejos de generar alegría en el presidente del Congreso, Gerardo González, quien por meses ha pedido un edificio nuevo para ese Poder, provocó su indignación. Incluso, no descartó maniobras del gobierno para cerrar el plenario e impedir el debate de proyectos claves. (Ver recuadro)

La ministra de Salud, María del Rocío Sáenz, replicó: "Somos una entidad seria".

González dijo que los plazos dados por Salud son un "abuso", "imposibles de cumplir" y arremetió contra el presidente Abel Pacheco por no atender los reclamos del nuevo edificio que costaría ¢15 mil millones.

No descartó presentar recursos en la Sala IV. La Ministra lo invitó a "leer bien", pues la orden no contempla el cierre del plenario.

¿Todo por culpa del TLC?

A la hora de buscar razones para la orden de desalojo del Congreso, el presidente de ese poder, Gerardo González, del PUSC, tiró sus dardos contra el gobierno.

"No quisiera que esta fuera una maniobra de alguien del Ejecutivo para que el TLC con Estados Unidos no se discuta en este Parlamento. Algunos asesores ya desde el viernes me comentaban esta posición y yo ni la creo, ni dejo de creerla".

Y fue más allá. Dijo que aquí hay un "conflicto de poderes. Por un lado el Ejecutivo pone a los diputados en la imposibilidad de legislar. Y por otro, no responde a los llamados del directorio legislativo para valorar la necesidad de un empréstito (para el nuevo edificio)".

Incluso llamó a defender la "institucionalidad" del país.