Clientes legales pagan lo que otros hurtan

Todos se guindan de los cables

Desde tugurios hasta hoteles de lujo le roban electricidad a la CNFL

Cuando de hurtar electricidad se trata no hay diferencias. Lo hacen fábricas de hielo, panaderías, bares, construcciones, casas humildes, casetas de policías, hasta grandes industrias, empresas y hasta hoteles de lujo.

Cada mes, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz sorprende a unos 17 "clientes" "guindados" de los cables o con los medidores "puenteados o alterados".

De julio del 2004 a agosto del 2005, la Compañía ha contabilizado 239 hurtos. Tras arreglos de pago, se ha logrado recuperar, en ese periodo, ¢14,6 millones.

"El robo de energía es general. Se da en todos los sectores comerciales y residenciales. En teoría lo vemos por todas partes, en casas, industrias y hasta hoteles, éstos dos últimos tienen la acometida subterránea pero tenemos aparatos que detectan los hurtos", dijo Henry Solís, el director comercial de la CNFL.

La jefe de la sección de control de la CNFL, Rocío Cortés, explicó que, además del acto ilícito, robar electricidad es muy riesgoso.

"Cuando están haciendo la conexión, muchos han muerto electrocutados y en las casas se exponen a incendios por contactos inadecuados. Es peligroso porque los cables pegan en las latas de zinc o están en mal estado", dijo Cortés.

La CNFL ha detectado personas que se especializan en "hacer esos trabajitos". Ellos pueden ser llevados al Ministerio Público y a los "clientes" que reinciden en la conexión ilegal se les puede suspender el servicio de por vida.

Usted lo paga

Un uno por ciento de la energía que compra la CNFL es hurtada por "clientes".

"Ese porcentaje de pérdidas no lo asume la Compañía sino el resto de consumidores, por lo que es importante denunciar a quienes están cargando la mano en contra de uno. El que sale por dentro es el vecino", agregó Solís.

Pero también sale por dentro la CNFL pues "las conexiones hechizas dañan la red y van fundiendo los cables. Un alambre que debería durar 50 años, a los siete se revienta", explicó el director.

Todos los días, funcionarios de la CNFL salen a la calle con la única misión de andar "viendo para arriba"... por si acaso.