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 Nacionales Viernes 23 de septiembre, 2005, San José, Costa Rica.
 

Luto en El Tanque por dos muertos y tres heridos en choque

Chofer ebrio le quitó a sus hijos

Tras darse a la fuga, ayer el contador de 40 años se entregó al OIJ

Sylvia Alvarado Marenco

Colaboró Edgar Chinchilla

La Fortuna de San Carlos. - El martes, María Centeno Rodríguez fue al Hospital de San Carlos a sacar una cita para un ultrasonido de su bebé de 17 semanas y se compró alguna ropa maternal.

Un día después, en ese mismo hospital, le informaron que su pequeño había fallecido.

Además:

  • "Mi chiquito, contésteme"
  • "Roylitan dio vueltas"
  • "No pude salvarlo"
  • Aún no sabía lo peor. Su otro hijo, Roylan, de 5 años, había muerto horas antes, tras el atropello que sufrieron a manos de un hombre de apellido Herrera, a 500 metros del bar Colachos en El Tanque, donde estuvo bebiendo toda la tarde del miércoles, informó la policía.

    A María, quien vino de Nicaragua hace unos años, las calamidades le llegaron todas juntas. "Estaba muy deprimida porque hace ocho días su esposo la dejó para irse con otra. Ahora está delicada en el hospital y sus dos hijos están muertos. Es como para volverse loca", dijo ayer Marlene Oconitrillo, su amiga cercana, con quien María y su hijito compartieron el miércoles anterior.

    Fue al salir de la casa de Oconitrillo, donde el Toyota Yaris gris, que venía en zigzag se salió de la vía y los arrolló. En el percance, resultaron también heridas María Lourdes Castellón, su cuñada, y la hija de ésta, Yeilin Rodríguez, de 10 años, quien debió ser trasladada al Hospital Nacional de Niños, pues requiere una cirugía especial por que se le quebraron una pierna y un brazo, y sus huesos quedaron expuestos.

    El impacto del auto le fracturó la pelvis a María, de 25 años, provocándole la pérdida de su bebé. La peor parte la llevó Roylan, a quien el carro dejó tirado en un pedregal, tras llevárselo, 40 metros, dando vueltas entre la tapa y el parabrisas. El niño murió al llegar a la clínica a La Fortuna.

    Herrera, el conductor, salió corriendo, dejando el carro del año abandonado con su acompañante de apellido Salazar golpeado adentro. Él permaneció en observación toda la noche en el hospital local y ayer fue dado de alta. Luego, habría sido indagado por el OIJ y puesto en libertad.

    Ayer luego de que el OIJ y el fiscal Humberto Rodríguez lo buscaran, Herrera llegó con dos abogados. Se abstuvo de declarar. A las 5 p.m., tras la indagatoria, quedó bajo custodia del OIJ. El fiscal pidió tres meses de prisión preventiva por homicidio y aborto culposos y dos lesiones culposas. El Juzgado Penal decidirá.

    Grave lesión

    Foto Flotante: 1074379
    / Al Día

    "Vino voluntariamente, desde el miércoles lo buscamos. No declaró pero por la gravedad de los hechos pedimos tres meses de prisión".

    Humberto Rodríguez, fiscal.

    Foto Flotante: 1074367
    / Al Día

    "La señora venía muy golpeada y con fractura en la pelvis. Le hicimos un ultrasonido pero el bebé ya estaba muerto. Ella lo supo de inmediato, ahora está internada".

    Anthony Casasola, médico.

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    El cuerpo de Roylan Centeno, de 5 años, fue levantado en la clínica de La Fortuna.
    Edgar Chinchilla.

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    María Centeno, madre perdió a sus hijos.
    Reproducción.

    Foto: 1074363
    Roylan Centeno, menor fallecido.
    Reproducción.

    "Mi chiquito, contésteme"

    "Mi amor, ¿cómo está? Dígame algo, mi chiquito, véame, contésteme", le suplicó entre lágrimas Marlene Oconitrillo al pequeño Roylan, hijo de su amiga María Centeno.

    Marlene corrió cuando vio más allá a María, su cuñada y su sobrina pegando gritos, tiradas al lado de la calle.

    "Marlene, ¿dónde está mi chiquito? ¡Tráigame a mi bebé!", le gritaba María, rabiando del dolor de vientre y de pierna que le impedía levantarse a buscarlo.

    "Él está bien, tranquila, está bien", le contestó Marlene. "No pude decirle la verdad. Me descontrolé. No pude", recordó.

    El miércoles, María llegó desde temprano a su casa con el pequeño Roylan.

    "Venía saliendo del súper, cuando me dijeron que habían levantado a un chiquito frente a mi casa. Pensé que era el mío y salí corriendo, y vi que era Roylan, echaba espuma por la boca, estaba como dormidito. Cuando su papá vino y supo que había muerto, se desmayó", señaló Víctor Gamboa, el esposo de Marlene.

    "Yo estoy muy mal. Ellos son como nuestra familia. Esa pobre ahora sí que quedó totalmente sola. Es para volverse loca.

    "Como estaba muy deprimida, me la llevé a Ciudad Quesada al hospital y a comprar ropita maternal. Roylan y mi hijo de seis años andaban felices, brincando por todo lado. Ahora vea qué tristeza", agregó ayer Marlene apesadumbrada.

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    Don Víctor Gamboa y su hijo Marconi están dolidos por lo ocurrido.
    Alexánder Otárola.

    "Roylitan dio vueltas"

    "Si no es porque ahora sé que iba tomado, pensaría que los atropelló al propio. Es que se salió de la vía y los levantó", dijo César Romero, dueño del Hotel Corcovado.

    "Iba a saludarlos, pues los conozco. Les alquilé una casita antes. En eso, viene el carro, oí un golpe terrible y los levantó a todos. Los fue dejando regados. A Roylitan se lo llevó en la tapa, daba vueltas, pegaba con el parabrisas y lo fue tirando en las piedras, a 40 metros. No podía creer que, tras levantar al niño, no frenara, sino que, más bien, como que cogió velocidad", agregó.

    Foto: 1074370
    César Romero del Hotel Corcovado.
    Alexánder Otárola

    "No pude salvarlo"

    Carlos Ramírez, oficial de la Fuerza Pública de Ciudad Quesada, venía en su moto cuando se topó con el accidente.

    "Vi el carro incrustarse en una especie de zanja. Corrí y vi al chofer abrir la puerta y salir como 'shockeado'. En eso, oigo los gritos: '¡Lo mató, lo mató!'. Vi en el suelo al niño, boca arriba, con la piernita cruzada y los brazos abiertos. Andaba una camisita crema y un short negro.

    "Lo toqué para ver si estaba fracturado. No se movía ni gemía, solo trataba de respirar. Oía a una mujer gritando: 'Mi hijo, mi hijo', y fue cuando vi que había otras tres personas tiradas como a unos 15 metros de distanmcia. Traté de hacer lo que fuera, pero estaba en las últimas".

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