Ministro del Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, sano y salvo

"Danta me atacó, perdí la conciencia y busqué salir"

Funcionario estuvo 48 horas atrapado en el parque nacional Corcovado, en Osa

Osa y San José- El ministro del Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, salió por sus propios medios del parque nacional Corcovado, en la península de Osa, ayer a las 10:28 a.m., después de que, según dijo, sufriera el ataque de una danta, se topara con unas culebras, perdiera la conciencia y tuviera que dormir en un campamento que él mismo preparó.

"Fue una prueba fuerte. Le pedí a Dios que me diera fortaleza para poder salir. Pensaba mucho en mi esposa, en mi madre, mis hermanos e hijos porque sabía que estaban sufriendo más que yo. Yo estaba bien (...) Cometí una imprudencia al seguir a una danta con cría porque son muy peligrosas".

Los médicos de la clínica Bíblica lo examinaron ayer en la tarde. El doctor Juan Manuel Aragón, explicó que no tiene lesiones críticas y "se encuentra en perfecto estado de salud".

Rodríguez, de 46 años, se perdió el jueves. Ayer, a las 12:50 p.m., relató su experiencia.

"Acompañaba una patrulla de Corcovado. Entramos a La Bajura, en La Llorona, para ver los programas de cacería ilegal. Llevábamos como dos horas de caminar; yo iba adelante, continué solo unos 200 metros por el sendero y, como a un kilómetro, vi una danta. No se movía y dejé el sendero para observarla. Tenía una cría con problemas de salud.

"Aunque la madre no dejaba que me acercara, pude hacerlo, pero cuando di la vuelta, la madre me atacó por detrás. Me mordió el salveque y las botas.

"La danta buscaba morderme en el cuello y acaté a tirarme en una quebrada seca. Cuando caí, me golpeé las caderas, los hombros, me sacó el aire y perdí el conocimiento. Cuando me recuperé, tenía la cara ensangrentada e iba caminando. Me asusté mucho al ver una terciopelo.

"Hice un pequeño campamento para recuperarme de los golpes y buscar la salida.

"Hoy (ayer) me levanté a las 4 de la mañana. Fue muy frustrante la densidad del charral. Salí a la playa y, en media hora, me encontré con los guardaparques".

Broma separó al grupo

Drake, Osa.- Una inocente broma para poner a prueba los conocimientos de uno de los funcionario del MINAE, que participaba en el operativo contra cazadores el jueves, fue la culpable de que el grupo de 9 guardaparques y el ministro del Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, se separaran en el parque nacional Corcovado.

Según Carlos Madriz, del área silvestre de Isla de Caño, los compañeros pusieron a prueba sus conocimientos "sobre especies de árboles".

"Al principio no dimos importancia a la ausencia de don Carlos. Creímos que se había adelantado para llegar rápido a La Bajura", añadió.

Tras muchas horas de espera, Miguel Madrigal, gerente de Áreas Protegidas de Osa, decidió no dar la voz de alarma con la desaparición.

Creyeron que se había ido "a explorar algunos árboles o a ver las aves del parque. Él es una persona que ha venido a Corcovado muchas veces, conoce las recomendaciones y por eso decidimos peinar la zona con más calma al día siguiente de la desaparición".

Anteayer, la tensión en el grupo subió de tono y decidieron dar la alerta para iniciar el operativo.

Se topó con una terciopelo

Drake, Osa.- Las agujillas del reloj parecían no avanzar para el ministro del Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez.

Equipado con poca comida, instrumentos básicos de orientación, una pistola y un machete, Rodríguez se armó de valor y buscó la forma de salir de la montaña que lo había traicionado.

Durante su estancia en el parque Corcovado, Rodríguez llevaba el arma en la mano por si se topaba con algún animal salvaje.

"El jueves, don Carlos decidió dejar de caminar a eso de las 5 de la tarde. Un día después, se encontró con una culebra venenosa (terciopelo) y decidió descansar porque, además, se sentía muy mal físicamente", manifestó Miguel Madrigal, funcionario del MINAE.

El ruido de los helicópteros que sobrevolaban el sitio desde el viernes, llenaron el espíritu de Rodríguez y le dio nuevos bríos; a pesar de sus temores, decidió continuar la caminata.

"Cuando íbamos llegando a la desembocadura del río Llorona, divisamos a un kilómetro de distancia a una persona que venía caminando por la playa. La verdad, fue una agradable sorpresa verlo", dijo Eduardo Villalobos de la Cruz Roja.

Cuando lo encontraron, Rodríguez solo pidió un café y un teléfono para avisarle a su familia que estaba vivo.

Mucha gente

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