Buscar
Ver otras ediciones
Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP Foro Galería Escríbanos Pura Vida
 
 Sucesos Domingo 13 de agosto, 2006, San José, Costa Rica.
 

Nexo de las FARC en El Cocal, Puntarenas

Colombiano alistaba su lancha para salir de pesca

Vecinos están incrédulos, pues lo veían como hombre tranquilo

Erick Carvajal Mora
Rolando Avilés, corresponsal

Además:

  • "Siempre me salvaba"
  • Puntarenas. - Héctor Martínez Quinto tenía todo listo para salir de pesca ayer. El colombiano, miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), detenido esta semana en Puntarenas, había comprado una lancha, que estuvo reparando para irse varios días a alta mar.

    Ninguno de sus vecinos, del barrio El Cocal, puede creer lo que le atribuyen a Martínez, de 38 años, a quien vinculan con la muerte de 46 niños y 47 policías en su país.

    Siempre en El Cocal

    Héctor Martínez primero vivió tres años en una casa, en El Cocal, pero el 3 de agosto se pasó a otra de ¢90 mil, según el recibo número 1776.

    Los últimos fueron asesinados, en 1999, en el poblado de Juradó y a los pequeños les quitaron la vida en una incursión militar, el 2 de mayo del 2002, en el poblado de Bojayá, departamento del Chocó.

    Mientras Martínez realizaba labores sangrientas con la FARC, en Costa Rica era un pescador que "luchaba" todos los días para alimentar a su familia.

    Propietario de dos pangas, se reunía todos los días con sus vecinos en un pequeño bar, muy cerca de su casa. Allí se tomaba dos o tres cervezas y conversaba de todo, pero el tema que más lo apasionaba era la pesca.

    Juan José Andrade, jefe regional de la Fuerza Pública en Puntarenas, dijo ayer que se dieron cuenta de Martínez cuando llegaron oficiales de INTERPOL. "Nunca tuvo ningún problema, para no levantar sospechas".

    Cambio de ambiente

    Jorge Molina, uno de sus amigos, recordó que Martínez les dijo que llegó a Puntarenas para cambiar de ambiente y aunque es difícil progresar con la pesca, él estaba dispuesto a intentarlo.

    Con salidas de dos a cuatro días a alta mar, el colombiano fue echando raíces en Puntarenas. También con esfuerzo, según sus amigos, compró una segunda panga y hace 15 días, una lancha.

    Yulissa Vélez, quien trabajó en una pulpería en El Cocal, comentó que Martínez llegaba todas las mañanas a comprar cigarros. "Era un hombre tranquilo, que me piropeaba, con respeto".

    A él era común verlo, ir y venir, en una bicicleta. Se detenía y conversaba con los vecinos. Yalile Elizondo comentó que Martínez se detenía frente a la casa y hablaban. A ella le dijo que era panameño y que su mamá era quien lo había "parado", que le había ayudado a salir adelante aquí. "Hablaba poco de su familia", dijo Yalile.

    Los vecinos están preocupados por la compañera sentimental de Martínez, que es de origen indígena, y llora desconsolada desde que las autoridades se llevaron al extranjero. Nadie la conoce bien, pues nunca salía. "No quiere hablar", dijo un hombre que no se identificó en esa casa.

    Él pedía rebaja a sus caseras, ayudaba a quien se pasaba de tragos y tranquilizaba a los busca pleitos, aseguraron ayer Rocío Guzmán y Cruz López.

    En El Cocal la pregunta en boca de todos es: "¿No se habrán equivocado?".

    Buen vecino y amigable

    José Luis Valverde, Vecino.

    Estamos sorprendidos por lo que pasó. A mi me invitó una vez a unas copas; era una buena persona".

    Rocío Guzmán, Vecina.

    Pasaba por el barrio con la bici y saludaba a todo el mundo. Se le conocía como 'El Pana', era un hombre tranquilo".

    Óscar,González, Vecino.

    Una vez le hice un trabajo en la casa a Martínez y siempre me trató muy bien. Era uno más de la gallada".

    Foto: 1333643
    En el barrio El Cocal, lo recuerdan como un hombre respetuoso.
    Jeffrey ARGUEDAS

    Foto: 1333645
    Héctor Martínez tenía 7 días de vivir en esta casa en barrio El Cocal.
    Jeffrey ARGUEDAS

    "Siempre me salvaba"

    Jorge Molina se siente muy mal. Aquel amigo que llegó al barrio y que siempre le dio una mano, resultó ser un guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), vinculado con decenas de muertes.

    Molina aseguró ayer que Martínez fue un excelente amigo. Cuando él no tenía dinero, el colombiano siempre lo salvaba. "Me prestaba ¢5 ó ¢10 mil y yo también lo ayudaba cuando andaba feo. Nadie puede hablar mal del Pana".

    Martínez se hizo conocer como "El Pana" en El Cocal. Todos pensaban que era panameño. "Hablaba poco de su familia siempre pasaba con nosotros. A mi me ayudó a reparar varios motores de barcos y nunca me cobró nada".

    Cuando regresaba de la pesca Martínez repartía pescado en todo el barrio.

    "Quiero ir a verlo, pero no sé si me van a dejar", dijo Molina ayer.

    Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP
    Foro Galería Contáctenos Pura Vida
    © 2006. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr . Diseño del sitio: Juan Pablo Carranza