A un año del incendio del Calderón Guardia

"Cada vez que vemos las escenas, revive el dolor"

Familiares de enfermeras que murieron, reconstruyen su vida

Desde hace un año, el pan calentito de cada mañana ya no sabe igual, el despertar para ir al colegio es diferente y, en el comedor, la silla que usualmente estaba ocupada, se halla ahora vacía.

No son meros detalles, sino la cotidianidad de tres familias que, con valentía, recuerdan cómo tres enfermeras dieron su vida para salvar la de otros, al cumplirse hoy el primer año del incendio del hospital Calderón Guardia, en el que murieron 21 personas.

Don Rigoberto Díaz, padre de la enfermera María Elena, afirmó ayer que ha sido "un año bastante duro".

"Cada vez que vemos las escenas del edificio en llamas, volvemos a revivir aquel dolor", dijo.

Díaz, de 72 años, señaló que recuerda con cariño cómo su hija, cuando salía de trabajar del turno de la noche, le decía: "Papi, no compre el pan, que yo lo llevo".

Por otro lado, Sergio Mercado, hermano de Mayra, otra de las enfermeras, manifestó que la herida es aún más difícil para su madre, quien, hace tres semanas, tenía una cita médica en ese hospital.

"La doctora que la atendió, tuvo que controlarla, debido a que son muchos los recuerdos", comentó Mercado.

Y don Marvin Acuña, quien era el esposo de Patricia Fallas, la tercera heroína, señaló que sus hijas, Maria Fernanda y Hannia, extrañan aquellas mañanas en que su mamá las levantaba para ir al colegio.

"Ellas han sido fuertes y hasta me consuelan", afirmó Acuña.

Hoy, los ticos recuerdan la tragedia, pero no saben que, en algún lugar, el pan ya no sabe igual.