Desde mi espejo

actriz

¿Qué hacer cuando nuestros hijos llegan a la etapa más conflictiva de su vida?

No podemos (aunque a menudo lo deseemos) enviarlos a una isla lejana hasta que sean adultos.

En esa etapa de sus vidas, cuando la convivencia pacífica se hace tan difícil, hay que tratar de establecer una vía de diálogo que, aunque sea con altibajos, no debe cortarse jamás.

Y es que la adolescencia es un cambio en las prioridades, en el trato con los familiares y en la sexualidad.

Es la búsqueda de la propia identidad, la necesidad de autoafirmación, el sentir que la infancia no se ha ido del todo, y, al mismo tiempo, responder a los requerimientos de conducta adulta que imponen los mayores de la familia.

Es sentir a menudo como un abismo insalvable la brecha generacional. Es tener que compartir el mundo con los adultos, y ese mundo no es evidentemente un sitio fácil de habitar.

Pero es el mundo en que les toca vivir, crecer y desarrollarse.

Por eso, el sentirse aprobados por su familia y su comunidad es fundamental, y el diálogo constructivo podrá evitar en buena parte que los adolescentes se unan a grupos de conducta delictiva.

No debemos olvidar que usted y yo también tuvimos que pasar por esos mismos momentos de crisis en aquel período tan importante y difícil de nuestras vidas: la adolescencia.