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Daño causado por animales dificulta conocer causa de muerte Asesinos de Maureen "ganaron" tiempo Entre su desaparición y la denuncia del caso, policía perdió valiosas horas Gilda González SandovalÉrick Carvajal Mora gigonzalez@aldia.co.cr
Las horas transcurridas entre el momento en que Maureen Hidalgo Mora desapareció, y la denuncia hecha ante las autoridades, dieron ventaja a quien o quienes la asesinaron, y afecta ahora la investigación policial. Según el director del OIJ, Jorge Rojas, ese tiempo "sí afecta la actuación policial". Confirmó que la denuncia por la desaparición de Maureen fue puesta por su madre Vera Mora y su esposo Luis Fernando Burgos, 48 horas después de que le perdieran el rastro. Además de esas horas perdidas, Rojas agregó que se les dificulta conocer cómo murió Maureen por el daño que le hicieron al cuerpo los animales depredadores.
"Le afectaron la cara, el cuello, y una serie de órganos internos, al punto de que el cuerpo tiene ausencia de algunos. Esto afecta el trabajo del médico forense cuando va a hacer la autopsia, ya que se enfrenta a un cuerpo sin estómago, hígado, útero ,y sin otros órganos. El estado del cuerpo afecta los resultados de los exámenes. Se están haciendo todos los análisis para poder ver cómo se sustentan los estudios y llegar a una conclusión". Ocho horas claves Rojas agregó que "las primeras 8 horas son fundamentales para la búsqueda de cualquier persona. Cuando se denuncia una desaparición y se inicia una búsqueda rápida puede, de alguna manera, dificultar la acción de cualquier persona que pretenda hacer algo con ella. "La denuncia tardía cualquiera la podría estimar como sospechosa, pero sin caer en eso, sí afecta la investigación", indicó a Al Día. Ayer a las 9 a.m., familiares, amigos y compañeros asistieron a los funerales de Maureen, en la iglesia de San José Obrero, de Paso Ancho. (Nota aparte). Después de asistir a estos actos, el defensor público y esposo de la víctima, Luis Fernando Burgos, a quien el Ministerio Público le abrió el lunes una causa por homicidio calificado, estuvo ayer en el Complejo de Ciencias Forenses donde le ampliaron los exámenes. Al lugar llegó a las 3:03 p.m., y estuvo por más de dos horas. Fue sometido a una revisión de su cuerpo y fue fotografiado. Mientras él estaba en ese sitio, agentes del OIJ llegaron a los condominios Los Yoses, donde reside el abogado, para conversar con vecinos sobre los hechos. Por la mañana, cinco guardas de la empresa SMS, que brinda vigilancia a los condominios, fueron entrevistados por la Fiscalía. Uno de ellos, que pidió el anonimato, dijo que revisaron la bitácora de ingresos y salidas al lugar para determinar cuándo y a qué hora fue la última vez que Maureen entró o salió de allí.
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La familia no cesa de perdonar Gilda Gonzálezgigonzalez@aldia.co.cr La iglesia de Paso Ancho se llenó por completo ayer a las 9 a.m. de amigos, familiares y compañeros de trabajo de Maureen Hidalgo Mora para tributarle adiós en medio de llanto y mucho dolor. Luis Fernando Burgos, defensor público, esposo de la fallecida y sospechoso, según la Fiscalía, llegó a la iglesia.
"No me voy a referir al caso ni a nada. Solo les digo que me han dado por donde más me duele". Burgos, llegó con dos amigos. Algunos jueces, fiscales, defensores públicos y otros compañeros de la joven, figuraron entre muchas personas que asistieron al sepelio de la exasistente judicial hallada muerta el domingo en carretera a Atenas. "Nuestro corazón está siempre en paz, como aquel día en que Juan Pablo II, que está en el cielo, perdonó a aquella persona que intentó contra su vida. Hoy nosotros perdonamos a todas estas personas que hacen estas cosas. Dios es el único Dios verdadero que hace justicia. Les pido por favor que sigan orando por nosotros", dijo el padre de la víctima, Miguel Hidalgo, al finalizar la misa, a todos los presentes quienes le respondieron con un aplauso. Poco antes, en la homilía, el sacerdote Leonel Chacón, le habló a los fieles. "Hay que pedirle a Dios y al alma de Maureen que ella desde el cielo ayude a esclarecer esta muerte para llegar a la justicia". Ángela Jiménez, una prima de la fallecida, recordó entre lágrimas que compartió mucho con ella. "Compartí con sus compañeros y con ella, me hace mucha falta", manifestó visiblemente afectada por todo lo ocurrido. Ahí, bajo el intenso sol, Vera Mora, madre de la joven asesinada indicó que "el Señor es el mejor abogado que tenemos". "Él va a poner las pruebas en nuestras manos, lo dejamos en manos de Dios". Casi al finalizar, el padre de Maureen se separó del grupo y llegó hasta donde estaba su yerno para darle la bendición. "No tenemos que juzgar a nadie. Solo Dios juzga, es el único que puede juzgarnos", indicó. Gran cantidad de personas acompañaron el féretro hasta el cementerio de San Juan de Dios de Desamparados, donde fue sepultada poco antes del mediodía.
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Una noche larga, triste La iglesia de San José Obrero en Paso Ancho estaba abarrotada. Vera Mora, madre de Maureen Hidalgo, recibía los consuelos de decenas de personas. Al fondo, el coro interpretaba una canción que decía "...Madre sálvame, mil peligros asechan mi vida...". Muchas personas fueron a despedirse de Maureen. Amigos, familiares, vecinos, gente que conocía a doña Vera. Todos deseaban darle el último adiós. A las 10:10 p.m. la tranquilidad de la iglesia se vio interrumpida cuando cámaras de televisión y de prensa escrita entraron al paso de Luis Fernando Burgos, quien se presentó a la vela de su esposa. Tras hablar con Miguel Hidalgo, padre de Maureen y con doña Vera, se fue a hablar con el sacerdote de la iglesia. Flores, cantos y muchos recuerdos inundaron la Iglesia. En la afueras, la gente tomaba café y miraba el movimiento de la prensa. A las 11:34, Burgos se marchó, detrás de él iba la prensa y en la iglesia, la familia se quedó Maureen.
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