Rincón arbitral
Las cosas están mal, con o sin broncas Ramón L. Méndez Exárbitro
Generalmente las broncas son las que desestabilizan a las comisiones de arbitraje. Y el hecho que no se den problemas en los partidos, no quiere decir que los silbateros anden bien.
Hubo de todo. En Cartago, la semana pasada, se dio una tremenda bronca entre jugadores.
En Alajuela, a Jeffry Solís no le interesó que el guardameta Wardy Alfaro incurriera en un doble control de balón: lo bajó con la palma de las manos y volvió a recogerlo como si nada.
Hubo un penal muy claro a favor de Víctor Núñez, cuando fue sujetado por el hombro y no pasó nada.
En Cartago – Santos, al réferi Greivin Porras se le olvidó que si se aplica la ventaja, esto no exime que el jugador que comete la falta puede ser amonestado y hasta expulsado.
Porras no aplicó el reglamento en ese caso. En la primera acción un jugador sujeta al contrario; en la otra es un planchetazo lo que pegan y Greivin sólo aplicó ventajas, pero, ¿y las tarjetas?
Ojo, la primera era amarilla y la segunda roja, pero para no complicarse, mejor se desentendió de eso y no se complicó la vida.
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