El domingo salió soplado a comprar algodón de azúcar

Mini entrevista con Gabriel Badilla

¿Será niño o niña?

Todavía no sabemos. El doctor nos lo tiene que confirmar.

¿Qué le gustaría que sea?

No sé, lo que sea. Bueno, uno por el trabajo en el que está, desearía que fuera hombre para enseñarle a jugar fútbol. Pero una niña sería mi consentida. A mí, la verdad, es que me encantan los chiquitos.

¿Qué le gustaría que heredara de su esposa?

Si se puede, todo. La personalidad, esa alegría y simpatía que ella tiene con la gente. Si viene medio atolondradilla, es por ella, porque yo soy más tranquilo. A mí me cuenta mi suegra que Fabiola era muy efusiva de pequeña. Si viene con la cara de mi esposa, será bien hermosa.

¿Y del papá?

Que sea un niño positivo y lleno de alegría.

¿Esperan que salga con sus ojos claros?

(Risas) Puede ser. Mis papás no tienen los ojos claros; mi abuelo sí. Así que ahí veremos. Quien quita y salga con los ojos color miel. Bueno, “Fabi” tiene los ojos oscuritos y son muy lindos, así que, si saca los de la mamá, todo está bien.

¿Ser papá le da más fuerza para jugar bien en el Saprissa?

Sí, eso de verdad es una motivación y un aliciente para luchar y dar el doble de lo que he dado hasta ahora. No solo estoy haciendo las cosas por mí, sino también por las otras dos personas, porque tengo que cuidarlas y darles el sustento.

¿Compró algo para el bebé?

No. Esperaremos hasta saber si es niña o niño, porque sí queremos conocer el sexo. Falta todavía, ya casi las compramos.

¿Cuántos meses tiene Fabiola de embarazo?

Casi cinco.

¿Cómo será de papá?

“Fabi” quiere que seamos amigos y que nuestros hijos tengan confianza en nosotros.

¿A ella le han dado antojos?

Sí, claro. Le gusta lo dulce. Me ha pedido algodón de azúcar. Por dicha, por mi casa, pasan vendiendo. El domingo, por ejemplo, tuve que llevarle uno de sorpresa.