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 Nacionales Domingo 08 de octubre, 2006, San José, Costa Rica.
 

Rodolfo Silva Vargas exministro de transportes

“Tenemos un aeropuerto secuestrado por gente sin experiencia”

Rodolfo Silva afirma que si el Gobierno se rinde ante Alterra, seríamos calificados como una “República Bananera”

Ronny Rojas

Hace pocos días, un grupo de exfuncionarios públicos, liderados por el exministro de Transportes Rodolfo Silva, pidió a la Contraloría y al presidente Óscar Arias que cobren $40 millones (más de ¢20 mil millones) en multas a la empresa Alterra, que administra el aeropuerto internacional Juan Santamaría.

“El aeropuerto Juan Santamaría estuvo sin inspector mucho tiempo. ¿Y qué pasa, cuando el gato no está? Los ratones hacen fiesta”.

“Quién iba a pensar que esta gente iba a hacer lo que hizo, y que en seis años, no concluiría obras previstas para finalizarlas en tres”.

Durante una entrevista con Al Día, Silva (ministro entre 1996 y 1998) aseguró que el Gobierno costarricense puede asumir la operación del aeropuerto. Además afirma que la empresa Alterra es solo un “cascarón” y no existe como tal.

¿Por qué critica a Alterra?

Alterra tuvo un préstamo de los bancos por $90 millones y un aporte de capital por $30 millones para las obras de la primera etapa. Alegan desequilibrio financiero, pero de esos $120 millones, invirtió $37 millones en obra nueva, $5 millones en expropiaciones y $3,5 millones de gasto financiero.¿Donde está el resto del dinero?

¿Según usted, qué sucedió?

Si por obras que valían $37 millones, Alterra pagó $80 millones a los contratistas, eso es problema de ellos. Pero, ¿quiénes son los subcontratistas de Alterra? Ellos mismos. Le voy a poner un ejemplo que está en el documento que enviamos a la Contraloría: el metro cúbico de concreto para la construcción, se consigue en la concretera Holcim o Cemex, por unos $110. En las facturas que Alterra ha pagado a sus contratistas, aparecen montos por más de $900 por metro cúbico. Se han pagado muchos sobreprecios.

¿Cómo califica el control gubernamental del proyecto?

Alterra busca sacarle más dinero al país. Afortunadamente la Contraloría se ha comportado a la altura y hasta ahora, ha rechazado tres veces un “addendum” que cambia las reglas. Uno comprende que una empresa busca sacar clavos de oro de un contrato, como lo ha hecho Bechtel (Bechtel Enterprises, dueña de Alterra) en otros lugares. Lo que no comprendo es la complacencia de funcionarios del Gobierno. Los consejos de aviación civil no han actuado apegados al contrato. Cuando uno ve esa complacencia, uno se pregunta de donde viene la presión.

¿Usted cree que hay presionaes políticas externas?

Bechtel es una compañía cuyos principales ejecutivos son muy cercanos a la Casa Blanca y al partido republicano (Estados Unidos). No se puede ser tan ingenuo para no pensar que han ejercido alguna presión política en el país.

¿Qué otra cosa no funciona?

Los funcionarios de Alterra no saben de aeropuertos. La directora ejecutiva es una abogada que jamás tuvo nada que ver con este tema. El contrato requiere que el personal clave sea gente con experiencia en aeropuertos. Pero es culpa de los gobiernos, que no exigen que se cumpla el contrato. Tenemos el aeropuerto secuestrado por un grupo que no tiene la experiencia para manejarlo.

¿Usted dice que Alterra no existe como empresa?

Alterra Internacional desapareció. La empresa tenía sus oficinas centrales en Londres y cerraron hace pocos meses. La página de internet tiene números que no existen y de las tres concesiones que tenía (Costa Rica, Curazao y Perú), están vendiendo la primera y en Perú hay un pleito parecido al que tenemos aquí. Bechtel decidió que no sigue en el negocio de manejos de aeropuertos.

¿Por qué cree que Alterra resiste a irse de Costa Rica?

Este personal asignado gana muy buenos salarios y se aferra a seguir. Además, buscan cómo “engordar” el contrato para quizás venderlo a otra empresa.

¿Puede asumir la operación del aeropuerto el Gobierno?

Claro que sí. El contrato con Alterra tiene dos partes; uno es la construcción de las obras y ahí la empresa fracasó. El gobierno construyó la nueva terminal en dos años y Alterra no ha hecho las obras en cinco. Por otro lado, migración, aduanas, control de trafico aéreo, fitosanitario y seguridad: todas las maneja el Gobierno. Alterra solo coordina itinerarios de vuelos y la distribución del espacio. ¿Esto es complejo? En lo absoluto. Es como darle un chonetazo a una lora, si se pone gente competente.

¿Romper el contrato crea inseguridad jurídica?

Al contrario, reformar el contrato con negociaciones políticas, como lo quiere Alterra, daría la imprensión de que somos una república bananera, que capitula antes las presiones de una empresa grande, o si se accede a negociar beneficios especiales para ciertos contratistas.

¿Fue un mal negocio el del Gobierno con Alterra?

Lo que pasó es que la empresa salió “güera”, como decía don Pepe. Cómo podía Costa Rica pensar que la gigantesca empresa de construcción Bechtel, iba a salir así. Desde un principio Alterra calculó que sacaba. Eso es colmillo; un día le dije a un director del Consejo de Aviación Civil: “el problema es que Alterra tiene mucho colmillo”. Me contestó: “pues mire, la verdad es que hasta que rayan el piso al caminar”.

Foto: 1381964
Silva Vargas dice que, a pesar de las manifestaciones públicas de su grupo sobre el tema del Aeropuerto, aún no han conseguido una reacción del actual Gobierno.
Manuel Vega

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