Mayoría huye por drogas, robos agravados y delitos sexuales

Hay 150 fugitivos que se burlan de la justicia

Todos los escurridizos tienen sentencias firmes y llevan hasta 12 años de estar huyendo de la policía

El juez Gerardo Calero se esfumó de la noche a la mañana, días antes de que el Tribunal de Juicio de Heredia dejara en firme una condena de cuatro años de prisión en su contra, por abusos sexuales, en perjuicio de una colegiala de tan solo 14 años.

Calero desapareció a mediados de junio, por los senderos sin vigilancia policial que existen en el sector fronterizo de Paso Canoas, en el sur del país, que comunican con Panámá.

El exfuncionario aprovechó que no había una medida cautelar en su contra, para burlar a las autoridades, quienes se quedaron vestidos y alborotados, cuando fueron a detenerlo en su casa de habitación en Barva de Heredia.

El caso de Calero es tan solo uno de los 150 que arrastran las autoridades judiciales del país, desde 1994 aproximadamente.

Los fugitivos aprovecharon los portillos legales existentes para fugarse y pese al esfuerzo de las autoridades nacionales, no ha sido posible atraparlos.

Así lo reconocieron en la sección de capturas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Las autoridades judiciales manifestaron que el 60 por ciento de los fugitivos son personas que deben cumplir condenas por delitos relacionados con drogas y robos agravados; sin embargo, la mayoría de ellos son fugitivos por delitos sexuales, como abusos deshonestos y violaciones.

Los sentenciados por homicidios, estafas, falsificación de documentos y los demás delitos contemplados del Código Penal, representan el otro 40 por ciento.

Casi la mitad (70 casos) de los fugitivos con condenas firmes son de San José, mientras que el resto provienen de las otras seis provincias.

Sin embargo, según la sección de capturas del OIJ, “cuando una persona se fuga, trata de cambiar de domicilio constantemente y en algunos casos, si la persona tiene recursos económicos, anda de provincia en provincia, por lo que nosotros tenemos que estar coordinando con todas las dependencias del país, incluso hay otros que se van del país como Calero”.

Rebeldes

El año pasado se giraron alrededor de 6 mil órdenes de captura en todo el país, de las cuales 3.100 correspondieron a San José.

Este año, las cifras ya ascienden a más de 4 mil.

A pesar de que la cifra es muy alta, para las autoridades las más importantes son las 150 que ya tienen una sentencia firme, ya que el resto se trata de reos rebeldes, los cuales aún no han sido condenados formalmente.

Asimismo, el grueso de estas órdenes de captura están relacionadas con casos de menor cuantía y responsabilidad legal.

“En muchos casos, no se reportan los traslados de expediente de un tribunal a otro, la muerte de la persona, los sobresimientos y otros casos.

“Asimismo, otro grupo importante de las órdenes se giran por situaciones leves, por ejemplo una persona que se vio involucrado en un accidente de tránsito y que se cambió de domicilio y no informó a las autoridades”, dijo la sección de capturas del OIJ.

Con la puerta abierta

Según este departamento, en Costa Rica es muy fácil escaparse de la justicia, debido a que hay varios portillos para que los fugitivos burlen a las autoridades, pese a que han sido condenados por un tribunal.

“Una condena no está firme hasta que no se supere la etapa de casación, por lo que en muchas ocasiones, la persona puede estar libre, pese a que ya fue declarado culpable en primera instancia.

“Durante ese lapso, entre la primera condena y la resolución de casación, muchos aprovechan para escaparse”, dijo la sección de capturas.

Según el director del OIJ, Jorge Rojas, el establecimiento de medidas cautelares durante los juicios es una potestad de los jueces, los cuales valoran si es necesario establecer el arresto, ante el peligro de la fuga.

Rojas indicó que esta situación no es la norma; sin embargo, lamentó que sí se dan en el sistema penitenciario nacional.

Según la normativa, los fugitivos pueden quedar libre de toda culpa, ya que el Código Penal establece la prescripción.

“Por ejemplo, si una persona es sentenciada a seis años de cárcel por un delito de abuso deshonesto o violación, para que su crimen prescriba debe pasar en fuga la totalidad de su condena, más un tercio, por lo que en este caso serían ochos años”, dijo el OIJ.

Las sentencias de los fugitivos no son muy altas, la mayoría de ellas andan entre los cinco y los diez años, por lo que algunos logran mantenerse en fuga, hasta que su sentencia prescribe.