Desde mi espejo
¡Hay que ser solidario, mae! Haydée de Lev Actriz
“¡Pues claro que yo le ayudo a mi mujer, mae! Cuando no hay un buen partido en algún estadio o por la tele los domingos, me llevo a los chiquillos a dar una vuelta en el carro, mae, y así ella puede preparar el almuerzo sin que nadie la moleste.
“Y eso no es todo, mae, ¡si hasta la acompañé algunas veces a la feria! ¡Y todavía se queja!
“Sí, mae, yo sé que ella también trabaja ocho horas en una oficina, pero la vara es que mi mujer no se organiza bien, porque me jode con el telele de que no le alcanza el tiempo ni ‘para dormir un poquito más como vos’, así dice.
“¡Ja! Sólo faltaría que yo me levantara por las mañanas a preparar el desayuno y a alistar a los chiquillos, mae. Te digo que mi mama era maestra, con ocho hijos, mae, y nunca la oí quejarse a mi viejita linda, y eso que en la casa no había empleada.
“Nosotros tampoco tenemos, porque ni con los dos salarios alcanza para esos lujos, mae. Los gastos de la casa y mandar a los cuatro chiquillos al kínder y a la escuela se comen el presupuesto del mes, así es que apenas puedo salvar una platilla para las entradas al fútbol y las birritas con los amigos, los viernes.
“Yo no sé por qué las mujeres de ahora se quejan tanto, mae, pero, con todo y todo, yo soy consciente de que hay que ser solidario con las doñas y ayudarlas, como lo hago yo, ¿veá, uón?”.
Si eso es ayuda, yo soy Napoleón.
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