Desde mi espejo

La olla rota

Esta es la versión original de un milenario cuento de la India.

“En cierto lugar vivía un brahmán al que le habían regalado de limosna una olla llena de harina de arroz.

“La colgó, puso su cama debajo y pasó la noche mirándola y pensando así:

“Esta olla está completamente llena de harina. Si sobreviene una época de hambre, podré sacarle cien monedas de plata con las que compraré un par de cabras. Como éstas crían cada seis meses, tendré un gran rebaño.

“Con las cabras compraré vacas, venderé las terneras y compraré yeguas. Cuando las yeguas hayan parido, tendré muchos caballos que venderé, y reuniré mucho oro para comprar una mansión. Entonces, vendrá un brahmán y me dará en matrimonio a su hija hermosa y bien dotada.

“Ella dará a luz un hijo al que llamaré Somasarmán. Cuando aprenda a caminar, cogeré un libro y me iré a la caballeriza a estudiar. Entonces, me verá mi hijito y, deseoso de mecerse en mis rodillas, dejará el regazo de su madre y vendrá hacia mí, acercándose a los caballos. Yo gritaré a su madre: ‘¡Cuidado! ¡Coge al niño!’. Pero ella, atareada, no me oirá y le daré un puntapié.

“Tan sumido estaba en estos pensamientos, que dio un puntapié real, rompió la olla y quedó todo bañado en harina.

“Por eso, el que hace proyectos irrealizables sobre el porvenir, se queda como el padre de Somasarmán”.

Buena lección, ¿verdad?