“Ahora vivimos un drama”
La familia del capitán Mosquera, uno de los pescadores presos por vinculársele con el delito de tráfico de drogas, vivió toda una vida acostumbrada a los zarpes en las madrugadas, a preparar los “alistos” de las lanchas en el almacén del puerto y al cobro de los vales ante el dueño del barco.
Hoy, sin embargo, lo que predomina es la búsqueda de al menos ¢ 5 mil, los domingos, para viajar desde Puntarenas hasta el centro penal en San Sebastián, donde Mosquera permanece en prisión preventiva.
Los últimos meses han vivido con las puertas de su casa cerradas, quizá por temor de amenazas de muerte, aunque también por los dedos acusadores de algunos vecinos, quienes los señalan como familiares de delincuentes.
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Familiares de Mosquera a la espera. Christian Campos
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