Empresarios manejan grandes sumas al año
El sexo mueve millones
Clubes, líneas calientes, cines y tiendas agitan el mercado
Alejandro Arley Vargas aarley@aldia.co.cr
Millones de colones se mueven todos los días en Costa Rica gracias a las bondades, placeres y polémica que provoca el sexo.
La lista de negocios costarricenses vinculados al erotismo y la pornografía van en aumento y con ellos, también, el dinero.
Solo la inversión en publicidad es contundente. En el 2006, los fabricantes de anticonceptivos, medicamentos contra la impotencia y tiendas de artículos sexuales gastaron ¢403 millones en dar a conocer sus productos, según los datos de la empresa Media Gurú, que monitorea el mercado.
“La competencia es dura y las críticas son muy fuertes, pero, al final, todo es publicidad”.
Rodolfo Vásquez Cine Metropolitan
¡Fuera tabúes!
Los empresarios consultados por Al Día aseguraron que el tico ha vencido un poco más la timidez y cree menos en tabúes cuando se trata de sexo.
4
millones de condones vendió la empresa Durex en el país durante el 2006.
¢284
millones invirtieron todos los fabricantes de preservativos en publicidad.
¢300
millones invirtió la Caja en anticonceptivos para los asegurados. |
Al mismo tiempo, los clubes nocturnos, cines, periódicos “porno” y líneas “calientes” hacen su agosto con un público tico que ya no es tan tímido para estas cosas. Aunque los empresarios no revelan del todo cuánto ganan, confiesan que el sexo como negocio “es muy rentable”.
Los números hablan
Para que se dé una idea: el año pasado, la marca Durex vendió 4 millones de condones en Costa Rica, casi uno por tico.
La empresa Pfizer reportó, en el mismo período, una venta de 131.900 pastillas de viagra.
Representantes de Durex en el país, expresaron que los ingresos del año pasado rondan los $2 millones (más de ¢1.000 millones).
Aunque no están relacionadas directamente con el “mercadeo sexual”, un dato curioso es que la venta de las pruebas de embarazo “Acierto” aumentó un cinco por ciento, según informó la empresa que las distribuye aquí.
En el 2006, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invirtió ¢306 millones en anticonceptivos.
Parte del dinero sirvió para financiar tres millones de condones y más de un millón de pastillas.
Los datos de Durex indican que Costa Rica es uno de los países de Latinoamérica y el Caribe que genera más ventas de condones, superado solo por Argentina y Jamaica.
PANI revela cifras
Sin embargo, en medio de una industria de entretenimiento y diversión para adultos, hay datos desalentadores para el país y que según las autoridades también ponen ceros en las calculadoras.
En el 2005, el PANI atendió a 356 menores de edad, víctimas de explotación sexual comercial, y, durante el primer semestre del año anterior, 166.
Además, la Caja gastó más de ¢1.500 millones en medicamentos para personas con sida.
“Boom” de “El clon sexual”
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El viernes, a las 5 de la tarde, un espectador no perdía detalle de “El clon sexual 2” en el cine Metropolitan. Rafael Pacheco
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Con el “boom” de las actrices porno costarricenses, no era de extrañarse de que, el viernes por la tarde, 50 personas, entre ellas, al menos, cinco mujeres, estuvieran en el cine Metropolitan.
“El clon sexual” despertó la curiosidad de muchos ticos y, según Rodolfo Vásquez, administrador del cine, “dejó en evidencia que ese tipo de producciones tiene su público”. Pese a que no dio cifras concretas, Vásquez afirmó que el negocio “es rentable, pero se ve amenazado seriamente por la piratería”.
En el cine había de todo, adultos mayores, jóvenes, ejecutivos, oficinistas y hasta “escapados del brete”. El silencio era absoluto por parte de los espectadores, quienes, rendidos ante la pantalla, ni siquiera se volvían a ver entre ellos. Ni el “click” de la cámara de “Rafa” los interrumpió.
“Las ganancias no son fuera de serie; los que hacen mucha plata son los productores de las cintas, no tanto los exhibidores”, expresó el administrador.
“Rafa” aprovechó la única escena de un beso entre los actores para retratar nuestra experiencia en el Metropolitan. Según Vásquez, en el cine se pasan hasta ocho producciones mensuales. “Las críticas solo dan más publicidad”, concluyó. |
“Entre películas y juguetes”
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Los DVD y revistas pornográficas son los más buscados en las tiendas de artículos sexuales. Alejandro Arley
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Cuando entré a la tienda Adult World (Mundo Adulto), en San José, solo estaba el dependiente; sin embargo, en cuestión de minutos, tres hombres y una mujer llegaron al local y recorrieron los pasillos.
Según Frank Mora, administrador, los artículos más buscados son las películas pornográficas, las revistas, los vibradores y los juguetes como condones con figuras. “Empezamos hace varios años, y sí, es muy rentable. De hecho estamos pensando en abrir más tiendas en San José y Heredia”, dijo.
Entre los consumidores no hay distingo de preferencias sexuales. “Vienen lesbianas, gays y parejas de esposos que luego quieren experimentar en sus casas”. Mora comentó que, en pocos días, llevará al local las 23 producciones protagonizadas por actrices ticas. “Cuando hay películas así, por lo general, se van en menos de un mes”, añadió.
Los precios varían, pero, en promedio, cada DVD cuesta casi ¢20 mil colones.
“La gente poco a poco va perdiendo el temor”, explicó. |
“¿Aló?, cuéntame lo que sea”
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En el país hay 14 líneas eróticas. Allen Campos
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Además de manejar varios periódicos pornográficos, como Caribean Relaxxx y Éxxxtasis, el empresario Edwin Sáenz incursionó en el mundo de las “líneas calientes”.
En su local, 15 muchachas contestan las llamadas para dar el servicio de “sexo telefónico”.
“Trabajamos las 24 horas del día, los 365 días del año”, expresó. Según Sáenz, en el país operan, al menos, siete compañías; cada joven puede ganar más de ¢100 mil mensuales y los ingresos pueden sobrepasar el millón.
“El secreto está en tener varios productos porque ahora hay demasiada competencia de empresas con líneas 900”, dijo. |
Luces, música... ¡acción!
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Las muchachas realizan desnudos completos en sus presentaciones privadas para clientes. Rafael Pacheco
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Uno de los negocios que más despierta curiosidad en los ticos son, quizás, los night clubs (clubes nocturnos). Son sitios predilectos para realizar las famosas despedidas de soltero o “simples” reuniones de amigos.
Aunque era jueves, el club Puro Platino, en pleno centro de San José, tenía un movimiento inusual. Al principio los clientes miraron con recelo la presencia de un fotógrafo y un periodista, pero conforme la tarima se llenaba de bailarinas, luces y música, nos relegaron a un segundo plano... por razones obvias.
El sitio parece un oasis en el desierto, y no lo digo por el agua que usan las muchachas en el jacuzzi, sino porque el local elegante contrasta con las deterioradas cuadras josefinas aledañas al mercado Borbón.
Jesús Torres, propietario del negocio, nos recibió como a cualquier par de clientes. La libreta y la grabadora no lo inhibieron de contarnos cómo funciona el negocio nocturno y cuánto dinero mueven este tipo de locales.
“Apenas estoy empezando, tengo solo cuatro meses como administrador, y lo primero que tuvimos que hacer fue remodelar por completo el local para convertirlo en un night club clásico”, comentó.
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El famoso tubo de seis metros de alto es el centro de atención de los clientes que llegan a clubes nocturnos. Rafael Pacheco
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Este negocio estuvo dejando entre ¢3 y ¢4 millones, que es muy bajo para los costos elevados de operación que tiene. Un negocio de estos da para sacarle hasta más de ¢10 millones”, añadió.
“La gente viene a divertirse, es algo erótico, provocativo, sin caer en lo vulgar o en actos sexuales explícitos”, afirmó Torres.
Mientras conversábamos, en la pista, Mónica, Tracy y Samantha bailaban al ritmo de una versión electrónica de la canción “Enter Sandman”, de Metallica. Cada una de las muchachas tiene su historia; algunas más duras que otras. Mónica, por ejemplo, tiene 24 años, es madre de dos hijos y para mantener su figura invierte bastante tiempo y dinero.
“No es fácil, en esto se gana muy bien, pero el precio es demasiado alto”, dijo mientras acomodaba su diminuto biquini verde. En una mesa cercana a la tarima principal, Paola, de 19 años, bebía un whisky.
Rubia, delgada y de rostro fino, confesó que cuesta acostumbrarse a la idea de que los hombres pagan por verla o acariciarla.
“Mi familia no sabe que estoy en esto, creen que soy solo una salonera en un bar de ‘Chepe’. En una noche, he llegado a ganar hasta $220 (¢115 mil), manifestó.
Torres expresó que, para atraer clientes, debe tener un buen mercadeo. “Aquí, hasta rifamos una moto”, concluyó. |
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Foto: Rafael Pacheco
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