Laura Chinchilla Miranda Primera Vicepresidenta de la República

“En ningún momento me he sentido eclipsada”

Laura Chinchilla tiene muy clara la misión que le asignó Óscar Arias cuando le pidió su ayuda en el Gobierno

Varios analistas políticos han dicho que el papel en el actual Gobierno de la primera vicepresidenta de la República, Laura Chinchilla, ha sido eclipsado por la figura del ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, hermano del presidente Óscar Arias.

Durante una entrevista con Al Día, Chinchilla, quien cumplirá 48 años en marzo próximo, reconoció que la vicepresidencia es un puesto “simbólico”. Pero ella afirma que tiene muy clara la misión que le asignó el Presidente.

¿Cómo califica los primeros meses del Gobierno?

No me quejo en lo absoluto. Yo venía de una Asamblea Legislativa donde no se conseguían resultados, a pesar de que se trabajaba intensamente. De ahí, a pasar a un Ejecutivo donde se logran las cosas y un gabinete sólido, que sabe adónde quiere ir, ha resultado una diferencia a favor.

Algunos analistas dicen que su papel en el Gobierno fue eclipsado por Rodrigo Arias...

El término no es eclipsado. Porque me parece que el papel de los vicepresidentes, históricamente, tiende a ser bastante simbólico. Sabemos la cercanía de don Rodrigo a don Óscar; lo anticipábamos desde el inicio, y era evidente el rol protagónico que él iba a jugar. De ahí que don Óscar me pidió que tuviera una cartera (Ministerio de Justicia) a mi cargo. Don Rodrigo es una persona insustituible y gracias a Dios está en el Gobierno. Pero yo no me he sentido eclipsada, quiero ser muy clara. Me he sentido parte de un equipo en donde los roles se asignan de acuerdo con la mejor posición que cada jugador pueda desempeñar.

¿Cuál fue la misión que le asignó el Presidente?

Sabíamos que lo que se venía era un trabajo intenso de negociación política, de cara al TLC. Y don Óscar esperaba que pudiera aportar recursos para facilitar el avance de las decisiones. Aunque, repito, don Rodrigo ha sido el bastión fundamental en las negociaciones, sobre todo, con el Congreso. Yo he cubierto las negociaciones del tema de propiedad intelectual con algunos sectores y he estado atendiendo las necesidades de algunos diputados.

¿Usted le puede decir no al Presidente?

Muchas veces. Él (Óscar Arias) sabe lo que quiere y eso es indispensable en un estadista. Pero en cuanto a la forma de alcanzar los objetivos, don Óscar escucha muchísimo a las personas que él considera saben de esos temas.

¿Y cómo valora lo conseguido con el TLC, ha sido difícil?

No se han conseguido resultados con la facilidad que debería permitirlo un sistema democrático. Pero el Gobierno ha demostrado que es capaz de manejar de manera exitosa y con transparencia las negociaciones, al punto de consolidar un bloque de cinco partidos políticos que saben que hay que pasar esta página.

¿Teme lo que pueda pasar con el TLC en las calles?

Me atemoriza la irresponsabilidad con que alguna gente manipula los sentimientos contra el TLC. Me asusta que, para justificar la violencia en las calles, algunos digan que es igualmente violenta una reforma al reglamento, y que estén hablando de que posiblemente va a ser necesario un muerto. Eso sí me horroriza.

¿Cuáles son sus aspiraciones políticas cuando finalice este Gobierno?

Mi vocación es de servicio público, no tanto política; me gusta la formulación de políticas públicas, que no necesariamente ocupan un cargo político. Pero yo me entrego al 100 por ciento en lo que estoy y pienso poco en el futuro. Por ahora, mi objetivo es que este Gobierno salga lo mejor posible en beneficio del país y servirle con total lealtad al presidente Arias.

¿Pero le gustaría ser presidenta de la República?

No me lo he planteado... con toda franqueza no tengo elementos para decir sí o no.