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 Sucesos Domingo 01 de julio, 2007, San José, Costa Rica.
 

Un desconocido motociclista es el delincuente sexual más buscado por el OIJ

¿Dónde está el hombre de la vieja Vespa?

Aborda niñas que están solas en las casas, pide una dirección, comienza una charla, solicita agua y cuando la van a traer, las sigue y abusa

Rodolfo Martín

Una desesperante carrera contra el tiempo enfrentan los agentes de la sección de delitos sexuales del OIJ para localizar, detener y procesar a un motociclista, quien es el delincuente sexual más buscado en el país.

El sospechoso es de apariencia común y comportamiento normal, características que lo hacen “invisible” y, prácticamente, irrastreable.

Líneas telefónicas

El OIJ recibirá información confidencial en los siguientes números:295-33-15/295-30-60 y 295-38-80. En horas no hábiles:295-33-11 y 295-36-39.

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meses atrás tuvo lugar el primero de los cinco ataques hasta ahora denunciados.

El sujeto aborda niñas que están solas en las casas, les pregunta por una ficticia dirección, entabla una corta charla con ellas, les pide un vaso de agua y cuando se la van a traer, las sigue y abusa de ellas en cuestión de minutos.

El temor de las autoridades es que los hechos por los cuales es requerido desemboquen en un rapto u homicidio.

“Viaja en una vieja Vespa”, recalcó un veterano policía, cuya identidad es confidencial por razones obvias. “Pero la pregunta es: ¿dónde está?”, dijo molesto.

Los oficiales del OIJ carecen de la información necesaria que los pueda conducir a la pronta localización del sospechoso, debido no sólo a la corta edad de las niñas, sino también por lo fugaz del cruel momento y al posterior trauma sicológico en que ellas quedan atrapadas.

Por estas razones, a los agentes se les ha dificultado obtener detalles o indicios importantes de las cinco denuncias.

El motociclista aparece de improviso, por lo general tras haber hecho una rápida labor de inteligencia para confirmar que la niña estaba sola. Usualmente, las madres se encontraban en el vecindario.

Pareciera que la decisión de atacar obedece a una mente “sicópata”, según afirmaron los oficiales del OIJ.

Las víctimas, con excepción de una adolescente de 18 años, oscilan entre los ocho y 13 años.

Lo primero que les advierte es que no las va a violar, que no “les hará nada”, aunque sí las manosea en los pechos y la vagina.

“¡Tranquila, yo no la voy a violar pero déjeme tocarla!”, le dijo a una de ellas.

A las niñas las manoseaba levantándoles la enagua o metiéndole la mano dentro del “short”.

La permanencia del sujeto al lado de las chiquitas, al parecer, nunca supera los 10 minutos, tiempo suficiente para que surja esa pesadilla que luego marcará sus vidas en el futuro.

Sin embargo, en el último ataque, el delincuente se “extralimitó” y obligó a que la niña se desnudara y él eyaculó.

A la policía le intriga el porqué el sospechoso, de manera inesperada y sin ningún tipo de alerta previa, desiste de lo que hace y huye como si, en ese momento, recobrara el raciocinio. Si bien la policía sabe que se trata de un motociclista a bordo de una Vespa, no tiene detalles adicionales.

“Tenemos datos que es una moto vieja, descuidada y a la cual nadie le ha visto la placa”, manifestó el informante.

A una ofendida le pareció ver atrás un cajón como el que tienen las motos que se usan para el transporte de comida “express”.

Y si esta información es mínima, no menos es la que atañe al chofer. El sospechoso exhibe una contextura gruesa y tiene entre 40 y 45 años. Al parecer, tuvo problemas de acné en la cara y porta un maletín oscuro cruzado al frente del tórax, similar al que usan los mensajeros.

El sujeto usa un casco cerrado que no se quita y que ha impedido verle el tipo de cabello.

No usa bigote ni barba, aunque tiene brazos belludos.

La alerta del OIJ radica en que el abusador, en aras de satisfacer sus instintos, cada vez más aberrantes, incurra en hechos más graves.

Además, se busca a un taxista y a un violador de Tirrases (ver notas adjuntas).

Un atacante, cuatro rostros

El retrato hablado que más se ajusta, al parecer, a la descripción del sujeto es el de arriba. Los otros también podrían guardar alguna similitud con el sospechoso.

Los ataques han sido perpetrados en el centro y sur de la ciudad capital. El primero de ellos ocurrió el 28 de noviembre del año pasado en San Sebastián.

Esa vez la víctima fue una niña de 10 años. Eran las 3:30 p.m. Los otros fueron en San José centro, Desamparados, Curridabat y San Francisco de Dos Ríos.

Desconocido y peligroso taxista al volante

Foto Flotante: 1644404

Una ama de casa, de 25 años, abordó un taxi en Colima de Tibás porque necesitaba hacer un mandado en San José.

A los 100 metros, el taxista bajó los vidrios y clausuró las puertas desde un cierre central. El vehículo, para su amargura, tenía los vidrios polarizados.

La mujer era prisionera de un desconocido, según la denuncia presentada ante el OIJ.

La pasajera entró en “shock”. El conductor aceleró la marcha y se enrumbó por la pista hacia Barrio Tournón.

Al llegar al motel El Edén, le comunicó que era un asalto y que le entregara todas sus pertenencias.

La dama aún no salía de su estado de pánico, cuando el desconocido se bajó el pantalón, se le lanzó encima y la violó ahí mismo. Eran las 11:30 a.m.

Este taxista, de identidad desconocida, es el segundo delincuente más buscado actualmente por la sección de delitos sexuales del OIJ.

“Un hombre con esa conducta y al frente de un taxi, donde en cualquier momento puede subir a una potencial víctima, no debe estar libre bajo ningún concepto”, expresó el veterano policía del OIJ.

El sujeto es blanco, grueso, de cabello negro, ojos verdes, cejas espesas y de aproximadamente 1,70 metros.

Su edad ronda entre los 28 y 32 años. Conduce un Hyundai Excel o Elantra de asientos grises.

Al final del puente de hamaca

Foto Flotante: 1644424

El puente que une el parque de La Amistad con Tirrases, Curridabat, en lo que 20 años atrás se llamó el “Triángulo del Sicópata”, ha recobrado esa atmósfera de angustia, misterio y dolor.

Y no exactamente por un nuevo homicidio, sino por cinco violaciones que han generado amargura en las ofendidas e intranquilidad en las vecinas del sector.

El sospechoso de estos hechos, en los cuales las afectadas son tres menores y dos amas de casa, es el tercer criminal sexual a quien la sección de delitos sexuales del OIJ le urge identificar.

El 7 de marzo del 2005, a las 7:40 a.m., dos niñas de 13 años iban rumbo al colegio cuando un desconocido las interceptó.

Tras amenazarlas con un arma blanca, las introdujo a un cafetal donde las violó.

El 7 de junio de ese mismo año, una jovencita de 14 años pasaba el puente cuando fue abordada por un extraño, quien de nuevo usó un arma para amenazar, la tomó por la fuerza y se la llevó al sector sur en donde la ultrajó.

Apenas 13 días después ocurrió la cuarta violación y la quinta fue abusada el 23 de marzo del presente año.

Las víctimas describen a un hombre moreno, rapado, de unos 37 años y con una altura aproximada de 1,67 metros.

Foto: 1644409

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