Nuestro amado fútbol
¡Si todos cobraran a como juegan! Amado HIDALGO
Algunos futbolistas de nuestro medio, imitando a estrellas mundiales, contestan que un jugador vale lo que le paguen, cuando alguien se atreve a cuestionar sus jugosos ingresos.
Yo digo que en Costa Rica ningún practicante del fútbol vale lo que le pagan. Por un lado están los millonarios, que cobran salarios arriba de tres millones de colones. Por el otro, la mayoría, los de sueldos modestos que no superan los ¢500 mil.
Tal vez en el mercado internacional los “millonarios” valen muchísimo más de lo que aquí reciben. Pero acá están sobrevaluados.
Fútbol tico no tiene cómo pagar más de ¢1 millón mensual. ¡Y lo hace!
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¡Me van a matar los futbolistas de la Liga, Heredia y Saprissa!... Pero sus patronos son como esos amigos que todos tenemos, vividores del tarjetazo y acosados por la gigantesca nube de las deudas (salvo el equipo que encontró un Mecenas).
Y están los que cobran como aficionados y a quienes les exigen como profesionales. Viajan en bus al estadio, el pulpero les anota el pedido para cobrar el fin de mes y cuando llega éste, tienen ataques de colitis a la espera del cheque.
Si fuese cierto que cada jugador vale lo que le pagan, no habría tanta diferencia entre los salarios de unos y otros. En la cancha yo no veo esas abismales diferencias.
De ser así, no habría clubes quebrados ni menesterosos a causa de pagar caprichos, contratar extranjeros malos y olvidar sus ligas menores. Tampoco tendrían cabida los dirigentes “ponepuches”, los de “maletín”, o los oportunistas que están dispuestos a vender hasta a la mamá vestida de futbolista, con tal de llevar plata a “su Sociedad Anónima”.
Y Saprissa, que puede, no debería pagar altos salarios. Si infla el mercado, acabará con la competencia....El futbol no se puede jugar solo.
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