Después del empate en Talca, en el Saprissa la Tricolor hizo fiesta

Quedaron bien “enchilados”

La “Sele” dejó un agradable sabor de boca, ante un Chile que no “picó” ni dio problemas

No importaron los malos modos, las patadas y las malacrianzas de los chilenos.

Costa Rica ganó con autoridad 2-0 a un conjunto de Chile que no mostró grandes cosas, a pesar de las expectativas y los nombres que venían en su planilla.

Sin duda el último examen de la Tricolor, previo a la Copa de Oro, fue aprobado con buena nota para los nuestros.

Más allá de la victoria o la fatídica lesión de Bryan Ruiz, que lo dejó fuera del torneo regional, el combinado patrio mostró personalidad, buen manejo de la pelota y muchas ilusiones de cara al futuro que nos espera.

Por su parte, el famoso “Niño Prodigio” de “la Roja”, Matías Fernández, apenas fue una sombra. Jugó 45 minutos y no hizo falta que hablara, porque no mostró nada para destacar en la cancha.

“El Mago” Valdivia tampoco dejó ver grandes cosas, por lo que ahora los chilenos deben preocuparse más aún, al estar a las puertas de su participación en la Copa América en Venezuela.

En el bando nacional, se debe destacar el buen accionar de Michael Barrantes en la inicial, con remates de media distancia mostró su arsenal, poniendo en aprietos al meta Claudio Bravo y sacando alaridos a la afición, que vio cerca la anotación del ahora saprissista, en la primera parte.

Pero sería el defensor Gabriel Badilla, quien abrió la cuenta, cuando aprovechó un tiro de esquina de Wálter Centeno y en el área definió acrobáticamente al minuto 28.

En el complemento Ruiz cortó “rabo y orejas” al ingresar al minuto 54, anotar al 58 y retirarse lesionado al 67, con el dolor que se perderá la Copa de Oro.

Entonces el juego “acabó”, pues los cambios no se hicieron esperar y por ende el ritmo del compromiso se quebró y el planteamiento del técnico Hernán Medford que probó sus hombres.

Ni Alonso, ni Alemán, quien se estrenó en la “Sele”, Azofeifa, quien regresó, o Chinchilla, hicieron mayor diferencia, pues la victoria estaba asegurada y Chile no nos puso en peligro, pues se dedicó a golpear y con ganas.