Nuestro amado fútbol

A Medford no lo veo en el Mundial 2010

A riesgo de equivocarme, o ante la posibilidad de que él decida cambiar, vaticino que Hernán Medford no estará en Sudáfrica 2010, independientemente de si Costa Rica llega o no a clasificar.

El proceso es largo y lo más duro está por venir. Y como no tenemos el mejor fútbol del mundo, vendrán algunos golpes adicionales en el camino. El técnico requiere no solo de sabiduría futbolística, que no dudo la tenga, sino también de inteligencia emocional para sortear la crítica, a veces despiadada y ponzoñera.

El desgaste de un proceso eliminatorio es grande y así lo dice la historia reciente del fútbol criollo. Ningún técnico ha iniciado y terminado el camino, aún en los casos donde se logró el objetivo de acudir a la cita planetaria.

Pensar que Medford puede escribir su propia historia, diferente a la de otros técnicos, es una premisa que no tiene sustento en elementos objetivos. Posee la capacidad suficiente para recorrer el camino a Sudáfrica, pero carece de la serenidad para sortear los chaparrones.

Es frontal, ardiente con su verbo, explosivo ante la crítica y, sobre todo, no necesita del puesto por razones económicas. Así que, como explotó en Houston, lo hará nuevamente cuando la crítica no le parezca razonable.

Y como todos somos técnicos en el país y muchos no le perdonan su raigambre morada, cada traspié será combustible de un nuevo cuestionamiento.

Basta con oír el clamor actual de los liguistas por la ausencia de rojinegros en la alineación, para saber que tarde o temprano muchos pagarán por su cabeza en una bandeja, cual San Juan Bautista.

Lo único que puede salvar a Hernán, aparte de los buenos resultados, es un “overhall” de su personalidad.