Ha permanecido 46 días fuera del país

En promedio, Arias viaja una vez al mes

Se han girado ¢52 millones para costear nueve viajes y en tres le prestaron el avión

En los primeros nueve meses de su actual gestión, el presidente Óscar Arias ha hecho nueve viajes al exterior, tres de ellos en aviones prestados. Permaneció 46 días fuera del país.

De ellos, ocho los hizo en el 2006, y para financiarlos, la Presidencia de la República destinó ¢52.004.634, según la Dirección de Prensa de Casa Presidencial.

El detalle de gastos de la visita de un día que hizo Arias a Nicaragua para el traspaso de poderes, el 10 de enero del 2007, no fue suministrado por esa oficina.

En total, 15 personas han acompañado a Arias en calidad de Comitiva Oficial durante sus giras, aunque no todas han participado en cada una de ellas.

El viaje más costoso –y el más prolongado – llevó al mandatario a Suiza, Alemania e Italia, entre el 5 y el 18 de junio del 2006.

Allá viajó con cuatro funcionarios de la Presidencia y varios ministros, entre ellos el canciller Bruno Stagno y el de Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz.

Para pagar ese viaje se giraron ¢11.254.843 para transporte y ¢6.112.794 de viáticos.

En Europa, Arias participó de la inauguración del Mundial de Futbol, en Alemania, y se reunió con la Canciller de ese país, Angela Merkel. También tuvo una cita con Pascal Lamy, director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y en una audiencia con el Papa Benedicto XVI.

Para el 2007, la Presidencia de la República cuenta con un presupuesto de ¢48.891.000 para transporte en el exterior, y ¢59.390.850 para viáticos.

La necesidad de viajar

El anterior mandatario, Abel Pacheco, viajó diez veces durante los primeros nueve meses de su gobierno (2002-2006), y también estuvo fuera del país por 46 días.

Óscar Arias explicó que ninguno de los viajes que ha hecho durante la presente administración fueron gestionados por iniciativa propia, sino que respondieron a invitaciones de otros gobiernos o a actividades que debía asistir.

Hace pocos meses, el Partido Acción Ciudadana (PAC) criticó al mandatario por viajar “sin rendir cuentas” y por hacerse acompañar de grandes delegaciones.

“El Presidente tiene que viajar; eso lo sabemos y no somos trogloditas, pero eso no quiere decir que cualquier viaje se justifique. (...) Hay que medir cuánto se gastó y que se consiguió”, dijo ayer el diputado del PAC, Alberto Salom.

El analista Luis Guillermo Solís opinó que los viajes del Presidente no deben “satanizarse”.

“Para los jefes de Estado viajar por el mundo contemporáneo es una responsabilidad que no se puede eludir. Muchos viajes no dan resultados tangibles, pero son espacios para el diálogo político y armar visión regional”.

“Si Costa Rica quiere posicionarse, el Presidente no puede dejar de viajar”, agregó el analista.

Según Casa Presidencial, en los vuelos comerciales Óscar Arias viaja en primera clase, acompañado de otro miembro de la delegación. El resto de la comitiva lo hace en clase económica.

“Prefiero quedarme como estoy” Óscar Arias Sánchez, Presidente de la República ¿Cómo se decide un viaje presidencial? El criterio es si la reunión, o el país que visitaré, les trae algún beneficio a los costarricenses, pero la mayoría se hacen por obligación. De los nueve que ha hecho, ¿cuáles han sido por iniciativa propia? Ningún viaje ha sido por iniciativa propia. Por ejemplo, yo no le iba a decir “no” a la canciller Merkel cuando me invitó a la inauguración del Mundial en Alemania, eso sería un agravio. ¿Cuál ha sido el logro más importante de sus viajes? Los costarricenses seguro están esperando que yo me traiga un cajón de euros o dólares para Costa Rica, y eso no sucede en el mundo en que vivimos. No, pero supongo que algo bueno debe haber traído. Sí, por supuesto. No espero que cada embajador nuestro traiga millones de inversión al país, así que yo trato de hacerlo cuando salgo. ¿Compraría usted un avión para la Presidencia? El pueblo no vería con agrado que el Presidente tuviera su propio avion, si hasta le molesta que tenga su propio automóvil. Prefiero quedarme como estoy.