Manudos logran segundo triunfo al hilo

Liga bajó ímpetu brumoso

Rolando Fonseca hizo el único tanto. Fue su gol 300, un golazo que dedicó a su familia

La Liga le dio un estate quieto. El cuadro manudo lo frenó, le bajó el ímpetu a Cartaginés, que ayer soñaba con hacer la trastada, tal y como se la hizo a Saprissa.

Pero Alajuelense necesitaba ganar, le urgía y tras doblegar al cuadro de la Vieja Metrópoli, tomó un respiro al festejar el segundo triunfo del Clausura, el segundo seguido para los rojinegros.

En las gradas los manudos brincaron, encendieron bengalas y le cantaron el “eo, eo, eo” a los brumosos, quienes de nuevo querían la fiesta en casa ajena.

Ayer se vieron más que nunca. Por momentos el cerebro me jugó una mala pasada, creí que era la Ultra morada, pero no, eran los cartagineses, quienes en el Morera Soto, llenaron el sector, que por lo general ocupa la Ultra.

Los brumosos se hicieron sentir y no es para menos, con el liderato de su equipo, están como chiquitos con juguete nuevo.

Llegaron en varios autobuses, metieron bulla y de nuevo esperaban una victoria de su escuadra, un triunfo como el tan sonado y comentado del miércoles frente a Saprissa. Pero la Liga y Rolando Fonseca les tenían algo reservado. Los manudos se adueñaron de la pelota, apretaron en la marca y prácticamente borraron al rival.

Rolando hizo lo que hace un crack, sacó a relucir su fuerza, potencia, viveza y buena técnica para hacer un golazo, el gol 300, tanto que mientras sus compañeros corrieron para festejarlo con él, Fonseca se desconectó, buscó a su esposa en los palcos, se lo gritó, le dibujó el 300 y le lanzó un beso para celebrar esa gran cifra.

A los 25 minutos los brumosos guardaron silencio y apareció el, “no se oyen, no se oyen” de los seguidores manudos, quienes comenzaron el vacilón.

La Liga ganó y lo hizo bien, porque en la mayor parte del compromiso fue más que Cartaginés, que parece que ante Saprissa dio todo lo que tenía, porque estuvo lejos del nivel mostrado el miércoles frente a los saprissistas.

Aclaro, Cartaginés no especuló, en los últimos 15 minutos del partido lo intentó, buscó empatar, se insinuó, tuvo llegadas u opciones, pero no fue tan claro como en el choque anterior. Le faltó, porque Cartaginés demostró que tiene para jugar de igual a igual.

Alajuelense fue más, quiso emparejar Erick Marín con tiro libre, rezaba, pedía ayuda del poder divino. “Yo puedo, yo puedo”, decía, pero el balón pegó en la barrera y los manudos en la grada gritaron: “no se oyen, no se oyen”.

Pelotazos Adentro Rolando eludió a José Brenes y Esteban Sirias, sin ángulo sacó el remate y venció a Grant, quien solo atinó a observar cómo el balón sacudió las redes. Se desgalilló Álvaro Solano gritó fuerte a sus muchachos, lo hizo al festejar el gol de Rolando y también cuando tuvo que llamarles la atención. Ayer salió feliz. Acrobacia En el primer tiempo, Víctor Núñez quiso sorprender con la chilena, pero Richard Mahoney llegó bien al cierre, e impidió el paso del balón al arco.