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 Sucesos Domingo 06 de mayo, 2007, San José, Costa Rica.
 

13 meses después del asesinato en poza de Heredia

Misterio rodea caso de niño extraído a mujer embarazada

Autoridades judiciales creen que bebé de casi nueve meses no está vivo

Carlos LÁSCAREZ S.

Las posibilidades de que esté vivo el bebé de casi nueve meses, que cargaba en su vientre Cinthya Berríos Alvarado, quien apareció estrangulada el 19 de abril del año pasado, son casi imposibles, afirmó un jefe policial del OIJ.

Por este hecho, considerado por el OIJ y el Ministerio Público como macabro, se mantienen detenidas cuatro personas, a quienes se les vence la prisión preventiva el próximo 25 de mayo.

Muy sangrientos

Una fuente judicial aseguró que es un caso atípico y muy complejo, que sólo personas con algún trastorno o extraña patología pueden hacerlo.

Berríos desapareció el 23 de marzo del año pasado, luego de que salió de su casa en La Verbena de Alajuelita, junto a su hija Priscilla de tres años, rumbo al Ebais de La Aurora.

Sin embargo, nunca llegó a ese centro médico; se enrumbó hacia Getsemaní de Heredia, a la casa de unos primos de su compañero sentimental, que la habían invitado a bañarse en la poza Zapote, en las márgenes del río Segundo.

Para llegar a la poza, tuvieron que caminar cerca de 1.5 kilómetros, desde la entrada a la finca hasta la poza, por un camino de lastre y con algunas elevaciones, como lo comprobó el viernes pasado un equipo de Al Día.

Ese mismo día, y durante las primeras horas de la noche, la hija de Cinthya fue hallada por una mujer deambulando por las cercanías del parque La Merced, en San José, aunque nunca se supo quién la dejó ahí.

A partir de ese momento empezó la desesperación de sus familiares, quienes confeccionaron panfletos y los repartieron con las características de Cinthya.

Tras un mes de búsquedas y recorridos, dos bañistas, quienes resultaron ser dos primos del excompañero sentimental de Berríos, dieron parte a las autoridades del macabro hallazgo.

El cuerpo de la mujer estaba semienterrado y sólo se le observaban las tenis que calzaba, ya que los homicidas utilizaron una cavidad natural para acomodar el cuerpo, el cual cubrieron con hojas, piedras y ramas.

Varios testigos aseguraron que observaron ingresar a un grupo de personas, incluida Cinthya, a la poza, pero que al cabo de un rato ésta ya no venía con ellos.

Lo que más llamó la atención del OIJ fue el corte abrupto que tenía en su abdomen. Días después, la autopsia comprobó que le habían sacado el bebé.

Clan en su contra

Luego de tres meses de investigación y siete allanamientos en Desamparados, Alajuelita y Heredia, el OIJ de la ciudad florense efectuó la captura de tres hermanos apellidados Valentín, de 46, 23 y 25 años, así como de la esposa de uno de ellos, de apellido Monge, de 42. Ésta última se mantiene en libertad, con medidas cautelares.

De acuerdo con una tesis del Ministerio Público, expuesta en un documento en poder de Al Día, los familiares planearon llevar a la víctima a la poza, con el fin de apoderarse del bebé de Berríos.

Para ello la habrían asfixiado con un pedazo de tela puesto alrededor del cuello y luego iniciaron el corte del vientre para extraer el bebé, el cual se lo entregaron a una de las sospechosas que habría mentido a su compañero sentimental diciéndole que estaba embarazada, con el fin de retenerlo a su lado.

Al parecer, los sospechosos no aceptaban la relación de su familiar con la víctima, rencor que aumentó al quedar encinta.

Datos de interés

La principal incógnita de las autoridades y familiares es qué hicieron con el bebé, ya que los homicidas sólo tuvieron entre tres y cinco minutos para atenderlo.

Contra los cuatro sospechosos, el Ministerio Público sigue una causa por el delito de homicidio calificado, que ya fue elevada a juicio. En dos meses, deben fijar fecha.

A la poza Zapote, situada en una finca cafetalera de 16 hectáreas, siguen llegando bañistas, aunque no tantos como en otros tiempos. El agua de esta poza no es potable.

“No les guardo rencor, ni los odio”

Foto Flotante: 1587349

Cartago - Con visibles muestras de paz espiritual y una voz fuerte, Élida Berríos, madre de la víctima, comentó anteayer en su casa en San Blas de Cartago, que lo que más desea es que se haga justicia pronto.

Comentó que Dios ha sido su gran bastión durante el último año, así como su nieta Priscilla, hija de Cinthya.

“He pasado un año más tranquila. Aceptar la muerte de ella ha sido bueno para mí”, afirmó, mientras veía hacia las nubes.

Añadió que su corazón de madre desde un inicio le ha dictado que los sospechosos fueron los culpables del crimen.

Agregó que ya Priscilla se ha acostumbrado a verla como su madre, papel que no le disgusta.

“Mi nieta nunca pregunta por su madre. Ella me ve ahora como su nueva mamá”, dijo orgullosa.

Aunque confía en los tribunales, en caso de que en el juicio se dé un resultado adverso, espera que las autoridades no den el caso como cerrado nunca.

El 11 de abril pasado, fecha en que observó a los imputados en los tribunales de Heredia, no sintió el repudio de tiempo atrás, ya que ahora ha aprendido a valerse más de “la palabra”.

Mientras conversaba, su nieta se mantenía a la par de ella, atenta, como si supiera el fatal desenlace de su progenitora.

Asimismo, está muy atenta al caso, por lo que todos los días llama al fiscal para más detalles.

Vive martirio todos los jueves

Foto Flotante: 1587450

Desamparados - Dolido aún porque no pudo asistir al entierro de su excompañera, Juan Pablo Morera afirmó que cada jueves que pasa los recuerdos invaden su mente y lo atormentan sin cesar.

La razón: fue un Jueves Santo cuando encontraron el cuerpo de Berríos, en una poza de Getsemaní de Heredia.

“El jueves me he sentido muy mal. Esos días son muy duros para mí, al punto que me cuesta todo. El Jueves Santo fue fatal. La recordaba a ella y no asimilaba ni volver a ver sus fotos”, afirmó.

Además comentó que pese a que las autoridades manejan la tesis de que es “casi imposible” que el bebé esté vivo, su fe la mantiene intacta y esperanzado.

“Como su papá tengo demasiada fe de que aparezca con vida, ya que era mi primer hijo.

No es fácil olvidar a la persona que uno amó tanto y de forma sincera”, dijo.

Aunque tiene su corazón dividido, debido a que los sospechosos son familiares, no se atreve a decir si ellos fueron o no, sino que lo deja en manos de los jueces.

También aseguró que no se le puede acercar a ningún niño, ya que a veces se imagina como padre caminando con su hijo.

“No me le puedo acercar a un niño. Me he soñado jugando con un bebé. Sé que algún día Dios lo va a traer de vuelta”, comentó con un dejo de gran certeza.

Al preguntarle si quiere restablecer su vida con otra persona, afirmó de forma convincente que por el momento no, ya que desea conservar los recuerdos y momentos del año que convivió junto a Cinthya en Alajuelita.

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Anteayer a las 11:50 a.m., aún estaba en la poza la cinta policial, con la que resguardaron la escena el Jueves Santo del año pasado, en Getsemaní.
Herbert ARLEY.

Foto: 1585724
Cinthya Berríos, meses antes de quedar embarazada y durante un paseo familiar.
Reproducción ALLEN Campos.

Foto: 1588443
El pasado 11 de abril, los sospechosos fueron trasladados a los tribunales de Heredia, a una audiencia preliminar.
Archivo.

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