Buena noticia de la semana

Maletas cargadas de medallas y esperanza

Se ganaron la admiración de los ticos a fuerza de trabajo duro, coraje y esfuerzo.

Los 60 atletas de Olimpiadas Especiales viajaron a Shanghai, China, cargados de ilusiones y regresaron el pasado 14 de octubre con 67 medallas.

Pancartas, tambores, porras, gritos y banderas se adueñaron del aeropuerto Juan Santamaría para recibir a los indiscutibles héroes.

La emoción y las lágrimas se confabularon para erizar el pelo de cualquiera cuando los atletas especiales aparecieron con la preseas, muchas doradas, en sus pechos.

Dos días después, las calles de Montes de Oca, Moravia y Tibás se llenaron para ver pasar la caravana de los campeones.

“Tenía mucho miedo, pues nunca antes había salido tan largo y porque tenía que nadar en una piscina más honda. Gané por poquito, pero es una alegría muy grande”, dijo emocionado Johnatan Jiménez, medallista de oro.

Carlos Valverde, presidente del programa de Olimpiadas Especiales, destacó cuatro de esos puntos: el esfuerzo de los padres de familia; haber demostrado ser gente comprometida; la calidad de los entrenadores, y el plan que se trazó.

Valverde explicó, además, que los atletas compiten de acuerdo con su grado de discapacidad.

“Muchos dicen que quienes padecen una discapacidad en un grado leve la tienen fácil, pero no, ellos compiten con personas con un grado similar. Van en las mismas condiciones que todos”, señaló.