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Domingo 21 de octubre, 2007, San José, Costa Rica. |
Carl Davies Drummond cuenta su vida De prisión emergió un campeón No se enorgullece de su pasado tormentoso, es por eso que a punta de golpes se forja un futuro en el boxeo profesional Juan Diego Villarrealjvillarreal@aldia.co.cr Las marcas de dolor y arrepentimiento quedaron impregnadas en su alma, fiel reflejo son los nueve tatuajes que lleva indeleble en su cuerpo. Alguna vez la vida lo trató a golpes y el destino le jugó una mala pasada que pagó muy caro. Pero el peso completo limonense, Carl Davies Drummond, no se dejó intimidar por sus errores.
Aquellos puños que alguna vez lo llevaron por los malos caminos y la violencia que lo hicieron caer en prisión, hoy son la fuente de sus triunfos, al forjarse una carrera como boxeador profesional en nuestro país. Ahora sueña en pelear por un título mundial. “En mi cuerpo tengo nueve tatuajes que significan el dolor de mi pasado. Me recuerdan que no hice cosas muy buenas, pero lo importante es que salí adelante. Alguna vez la vida lo trató a golpes, pero hoy a golpes va triunfando y su condición de invicto son el mejor ejemplo. “No hay ninguno en especial, todos me los tatué en la cárcel, porque marcaron un momento muy duro en mi vida para mí y estoy tratando de surgir y dejarlo todo atrás”, aseguró Davies. “Es cierto que en el pasado estuve en prisión, pero salí. Quise dejar las calles, dar otra cara diferente y decidí ponerme los guantes para dar un ejemplo a las personas que andan en malos pasos. Sí yo pude otros pueden, todo es cuestión de proponérselo en la vida y no darse por vencido”. Diez años en la cárcel lo hicieron recapacitar. Se dio cuenta que perdió mucha de su juventud y sueños, por ser pandillero en su natal Limón, donde las malas amistades y el camino equivocado lo llevaron a cometer delitos de los cuales hoy se avergüenza y está profundamente arrepentido. “Sufrí mucho en prisión. Desperdicié mi vida. Desde muy joven me equivoque. Imagínese que desde los 14 años hacía muchas locuras. Andaba en la calle en malos pasos, asaltando, cometiendo delitos que me costaron muy caro y por lo cuales pagué”. “En estos momentos soy un hombre más maduro, responsable y sé que tengo que aprovechar al máximo esta segunda oportunidad que me da la vida”.
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