Así es la vida

Los cuidacarros se apoderaron de varias vías

Es una de las profesiones de mayor crecimiento en los últimos años de nuestro país: los cuidacarros.

Es prácticamente imposible no encontrarse uno en el sitio público donde uno vaya. Con la clásica frase “ahí queda, bien cuidadito”, nos dejan sin más alternativa que pagar.

Antes la frase era: “¿Se lo cuido, macho?”. Ahora no.

O sea, “ni mi acera es ya mi acera, ni mi calle es ya mi calle”. No, las calles y aceras de nuestro país les pertenecen a ellos.

Por supuesto que hay algunos muy decentes, pero hay otros que prácticamente te asaltan, que te dan una cartulinita a modo de tiquete, donde establecen pagar a fuerza: mil, dos mil, tres mil colones…¡y por adelantado!

Calcule usted cuánto gasta por semana. ¿No se supone que el Estado debería garantizar la seguridad en nuestras calles?

Y eso sólo por verlo superficialmente, porque es además preocupante que miles de personas se desempeñen en esta labor en las calles.

Estamos de acuerdo en que muchos lo hacen por vagos y por ganarse un dinero fácil. Pero una gran mayoría lo hacen porque no hay empleos, y tampoco tienen acceso a un capital que les permita montarse su negocito propio.

Como ven, este es todo un tema en nuestra querida Tiquicia. Mientras tanto siga teniendo a mano sus moneditas para cuando le digan “ahí queda, bien cuidadito”.