Mauricio Astorga
Actor
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No sé si usted alguna vez ha pasado por esto, pero uno de los mayores enredos en los que uno se puede meter en la vida es mudarse de casa.
Es una tarea comparable con la construcción de las pirámides de Egipto.
Sobre todo porque uno no se da cuenta de todos los chunches que tiene embodegados hasta que se le ocurre pasarse.
Los seres humanos somos románticos y nos da “sentimiento” deshacernos de las cosas, por más estorbosas que éstas sean. Con el pretexto de que nos sirvan algún día nos dedicamos a coleccionar todo tipo de cachivaches.
Siempre hay un buen argumento para no botar las cosas:
“Estas camisetas son tan ricas para dormir… Las guardo”.
“Estos blocks me sirven por si algún día hago un murito en el jardín… Los guardo”.
“Este mueble con una barnizada todavía sirve… Lo guardo”.
"Este libro algún día lo voy a leer... Lo guardo"
“Este calzoncillo siempre me trae suerte, aunque tenga tres huecos y el elástico estirado… Lo guardo”.
Las mudanzas siempre traen sentimientos encontrados, entre esos recuerdos alegres de los momentos vividos en ese lugar y la nostalgia de dejar atrás una parte de tu historia.
La próxima vez que les escriba lo estaré haciendo desde México, Distrito Federal.
Les estaré contando mis experiencias en la tierra de los tacos…y el tequila. ¡Hasta pronto!
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