Carmen Aybar, psicóloga con estudios en sexualidad humana
carmenaybarg@gmail.com
He venido reiterando en varias columnas que el término “eyaculación precoz” es incorrecto, en realidad se debe hablar de eyaculación voluntaria o involuntaria. Esto se debe a que el varón puede controlar la eyaculación sin la necesidad de estar erecto, variando el movimiento pélvico o la fricción.
Por esto, según mi experiencia profesional, la eyaculación ya no se mide por minutos, sino por la voluntad que el varón pueda ejercer sobre su eyaculación, o sea la capacidad que este tenga para decidir cuándo eyacular y cuándo esperar.
Primero es necesario pasar por un proceso de diagnóstico y de aprendizaje.
Por su parte la mujer, a partir de su sexualidad femenina, requiere atravesar por un juego previo de caricias y estimulación en todo el cuerpo, que la lleven hasta la excitación.
Aunque la sexualidad en la mujer tiene muchas variantes, casi siempre es necesaria la estimulación del clítoris, ya sea manual u oralmente, según ella lo prefiera. Algunas mujeres prefieren concentrarse en disfrutar la penetración vaginal, lo que ocasiona problemas cuando el hombre no puede controlar la eyaculación.
Es entonces cuando la frustración y el desencanto aparecen en la relación, en estos casos el hombre quedará como el “mal amante”. Este varón tendrá que esforzarse por controlar su eyaculación, porque si no, a la mujer se le acaban las ganas y hasta ahí llegó el acto sexual.
Es posible que en el futuro la mujer espere una mejoría, pero así se pueden pasar los años y nada cambia. Ella se queda sin orgasmo y solamente el varón queda complacido.
Sin embargo, algunos hombres afirman que eyacular de esta forma no es nada placentero, ya que el acto es tan veloz que ni se puede disfrutar. Pero otros caballeros son tan egoístas y desinteresados que creen que así están haciendo bien las cosas.
El machismo en nuestra sociedad ha influido en que muchos crean que el placer en la mujer no es nada importante, por lo que van directo a lo genital.
Esto es un gran error, ya que en estos casos la mujer queda totalmente frustrada y sin derecho al placer, por eso ella debe aprender a reclamar sus derechos y a conocer sobre su sexualidad.
Aunque la mujer pueda recurrir al orgasmo clitorial por diferentes medios, el placer vaginal también es importante, sobre todo si existe una relación seria de pareja.
Aunque no está de más una conversación, el silencio y la quietud de la mujer hablan por si solas. El varón puede y debe leer el lenguaje de su compañera, entender qué está pasando durante el acto y ver si es necesario hacer algún cambio para complacer a su mujer, así la sexualidad podrá ser plena para ambos.
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