Washington / DPA. - La visita del Papa Benedicto XVI a Estados Unidos mañana tiene asegurada un seguimiento de multitudes. Los estadounidenses están ansiosos por escuchar su mensaje, pero guardan reservas.

Será el primer viaje del Pontífice a Estados Unidos, donde cumplirá tres años desde que fue elegido como el sucesor de Juan Pablo II. En los cinco días de su visita, una agitada agenda le llevará a entrevistarse con el presidente George W. Bush y a pronunciar un discurso ante la ONU.

Para los ciudadanos, los momentos más esperados son las misas masivas que se celebrarán en Washington y Nueva York, en estadios de béisbol ante 45 mil y 56 mil personas.

La popularidad del Papa es indiscutible, según una encuesta de los Caballeros de Colón, una fraternidad católica, el 58 por ciento de los estadounidenses tiene una opinión favorable de Benedicto XVI y sólo el 13 por ciento piensa desfavorablemente de él. Un 12 por ciento no está seguro y 17 por ciento no sabe quién es.

En algunos foros realizados, la visita se ve con cautela. La parte de su mensaje que habla de la oposición al aborto, al matrimonio homosexual y de la postura ante el Islam, encuentra buena aceptación entre la derecha religiosa.

Los sectores de izquierda esperan que el Papa aproveche su discurso ante las Naciones Unidas, para hacerse fuerte en esas posiciones y las aplique directamente a asuntos como la guerra de Iraq y la tortura a prisioneros.

Entre la comunidad judía estadounidense existen recelos ante un Papa que con varias polémicas teológicas que resucitó viejas imágenes del Vaticano que se daban por superadas.