Edgar Fonseca, Director
efonseca@aldia.co.cr

Ahora resulta que los $480 mil decomisados en barrio Jesús de Heredia no proceden del narcoterrorismo de las Farc sino de sus obras misionales…

Y quienes custodiaban la caleta son mansas palomas víctimas… de una conspiración del imperio.

Y en el campamento bombardeado en Ecuador lo que funcionaba era un centro de espiritualidad.

Las Farc son una congregación cercana a las obras de la caridad en Calcuta…

Y sus capos no merecen el destape en que se han visto, con su “Padrino” en Caracas.

Palabras más, palabras menos, de cuentos chinos como estos está sembrado el camino a los infiernos del engaño politiquero e ideológico de tanta sociedad a lo largo de la historia.

El bombazo del Putumayo desnudó el plan desestabilizador regional en que andaban estas mafias y eso no lo traga más de uno por estos lares.

Son los mismos frustrados por el aldabonazo que les dio el país con el referéndum y a quienes vimos apercollados en la tarima y hoy andan agazapados cuando no cínicos, conscientes del costo político que esto les implica.

La opinión pública sabe de quiénes hablamos. Bendita la hora en que el presidente Uribe dio, a los bombarderos colombianos, la orden de arrasar con el campamento de los capos porque, de paso, ayudó a destapar la acción de esta mafia que tiene nuestro país como un escalón clave.

Aunque más de un vivillo se haga el ruso…

Punto final-Este gobierno le debe una respuesta efectiva al país angustiado por la inseguridad. Debe soluciones palpables.

Pero, ay de aquellos payasos que, en medio de este drama, tratan de llevar agua a sus molinos.