Glenda Medina
Periodista
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“Chanfle”. Las fiestas de esta semana estuvieron marcadas por la música y la visita del genio “Chespirito”.

Empiezo contándoles que el viernes me fui para el “chivo” de MAF en Latino Rock Café y estaba lleno de cantores famosos y otros en busca de la fama. Ahí me encontré a Javi, de 5cero6, que acompañó en una de las interpretaciones a la compositora. Además, en una de las barras del lugar, junto a una buena botella de vino, estaban Bernardo Quesada y sus pupilos, Romaldo y Pamela, con ellos estaba Marco Jara. El mismo grupo acompañó –como público– a Bernardo en el “show” que ofreció en La Sabana, en el marco del FIA.

Esa misma noche en el Fiesta Casino, el que se la pasaba de lo lindo y sonreía y calentaba garganta era el infaltable (súmelo a la lista) Domingo Arguello, que se desestresaba de tanto ensayo… lo bueno es que Domingo sí tiene práctica en estos menesteres fiesteros, y no le afecta en su desempeño en el programa. Para los que no tienen esta práctica bohemia mejor deberían descansar en casa la noche previa a las transmisiones para que después no se lleven sustos o se indispongan en pleno programa.

El domingo, en el cierre del Festival Imperial, durante el receso entre Seal y Enrique Iglesias, nos encontramos al locutor y presentador, Enrique Rodríguez, saliendo del recinto donde la naturaleza llama (entiéndase el baño). Enrique, eso sí, no soltó su jarra alusiva al Festival ni para ir a orinar y salió con mucho ímpetu renegando de su tocayo que estaba próximo a salir a escena, lo que no le importó a varias admiradoras que lo pararon para tomarse fotos con él… y su jarra.

Mientras todos estábamos en el Festival, Berny Granados y Katherine Arbenz andaban escapaditos en el cine de Multiplaza en tanda de 9, abrazaditos y muy sonrientes según un infiltrado corresponsal que estaba feliz de verla en vivo y a color, pero triste de saberla en brazos del galán.

Nunca he visto tal poder de convocatoria con un artista como el que tuvo el señor Roberto Gómez y su esposa Florinda Meza… periodistas, personal del hotel Ramada Herradura, futbolistas del Pachuca, curiosos y demás escucharon atentamente cada una de las anécdotas de trabajo, matrimonio y de su obra “11 y 12” que comentaba la pareja. Particularmente me dio tristeza escuchar que esta gira sería la última ocasión en la que veríamos a Roberto en escena en vivo, pero sin duda el recuerdo más bonito que nos llevamos todos los que compartimos con ellos el martes fue conocer “deveritas” al hombre que durante décadas nos ha hecho reír con sus personajes y sus disfraces.

Édgar Murillo, de la Media Docena, sacó a don Roberto de la conferencia y con su característica sonrisa decía que por favor se corrieran y les abrieran paso pues el actor, escritor e ingeniero “se estaba orinando”.

Pásenla del éxito, ¡no contaban con mi astucia!