Eliana Rodríguez Mejías, colaboradora
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El sueño de todos los espectadores de poder mirar a “Doña Florinda” y al “Chavo” en el Teatro Melico Salazar se hizo realidad la noche del miércoles, cuando a las 8:30 p.m. comenzó la obra “11 y 12” en sus cuatro actos.
Tantos sentimientos se involucraron esa noche que las personas vestían camisas del “Chapulín Colorado”, libros de Roberto Gómez Bolaños y sin faltar las comunes frases, “chanfle” y “no contaban con mi astucia”.
El primer acto comenzó y se destacó por la presencia de Florinda Meza en su papel de “Cristina Gutiérrez” junto a su marido “Cristóbal Gutiérrez” interpretado por el actor Óscar Bonfiglio.
Ellos cuentan la historia de un esposo que necesita de un trasplante en sus partes íntimas para tener un hijo.
“Chespirito” salió a escena. Todo el público se levantó del asiento y aplaudían con fuerza.
Roberto Gómez estaba tan contento que demostró en su rostro una mirada de felicidad.
Las risas no se hicieron esperar al nombrar a “Eloy Madrazo” (interpretado por Roberto Gómez), un trailero que atropelló a “Cristóbal” y lo despojó de sus “partecitas nobles”.
Luego, el “Dr. Manuel Arenas”, bajo la actuación de David Ramos, sería el salvador de la pareja “Gutiérrez”, al encontrar a un donador.
Juan Antonio Edwards, quien interpreta a “Fernando Lobo”, amigo de “Cristóbal”, lo engaña con el fin de hacerle creer que él donó el órgano, mientras todo es un chantaje. Entre el público se encontraban en su mayoría jóvenes, familias y adultos mayores.
“Chespirito” en “11 y 12”, es una obra tan llena de humor que los ticos le dieron el visto bueno para reventar el Melico Salazar.
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