Miguel Salguero
Periodista

“Birrís. Riachuelo de muy escaso caudal de aguas, pero que tiene un lecho muy profundo y amplio en sus bordes, que atraviesa la línea férrea a Limón por medio de un magnífico puente de hierro de 200 metros de longitud”. El párrafo anterior es un extracto del Diccionario geográfico de don Felipe Noriega.

¡Un puente de 200 metros hecho en 1890! Pero no solo el puente, toda la vía férrea es un prodigio de trabajo no superado aún por obra pública alguna.

Recientemente, en compañía de los colegas Enrique Tovar, Huberth Solano y Heriberto Valverde y su estimable familia visitamos este hermoso puente.

Al ver este puente o el de río Grande en la línea a Puntarenas, y tantas obras levantadas a pico y pala por nuestros abuelos desde los tiempos de don León Cortés, nos preguntamos: ¿Cómo es posible que el Gobierno Central no haya hecho una sola obra pública?

La carretera Interamericana existe. Cruza por los farallones más allá del Cerro de la Muerte.

Pero ¿quién la hizo? Los norteamericanos porque, de los contrario, todavía estaríamos viajando al Valle del General por la costa.

Bueno, si se hubiera terminado a tiempo pues la actual lleva 26 años, fecha de nuestro primer reportaje, donde señalamos que entre Dominical y Ciudad Cortés la empresa constructora echaba los escombros al mar, y aún hay un tramo, –verdadero suplicio de Tántalo– entre Dominical y Quepos que no se ha terminado.

Pero no nos extrañemos. No podemos administrar un puerto, tampoco un aeropuerto y menos construir una carretera como la de Ciudad Colón a Orotina, si no es por concesión.