Domingo 27 de abril de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | Golfo de Papagayo
Four Seasons el hotel de las estrellas
No es una fortaleza, pero su posición estratégica lo convierte en el refugio perfecto para actores de Hollywood
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    1.- Entrada del proyecto Papagayo. 2.- Entrada al hotel. 3.- Playa Virador. 4.- Playa Blanca. Fotografías: Abelardo Fonseca.
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    Posee en total 153 habitaciones: 120 estándar, 32 “suites” y una presidencial.
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    El bar Tico’s, cierra a las 12 medianoche. No hay actividades nocturnas.
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    Piscina para adultos. Es para descansar y leer.
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    En playa Blanca, están los deportes acuáticos.
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    Esculturas a la entrada del proyecto Pagagayo, 7 km antes del hotel.
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    Playa Virador, aquí se casó Pink. Es una de las dos que tiene el hotel.
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    Las habitaciones son sencillas, pero tienen una increíble vista al mar.
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    Esta pared está enchapada en oro. Atiende el “bartender” Juan Diego Oviedo.
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    Vista del océano Pacífico desde el campo de golf. Allí se ven pasar “jet skis” y veleros.
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    Campo de golf. Este césped se riega con agua de mar.

Isaac Lobo
ilobo@aldia.co.cr

Golfo de Papagayo. - A Brad Pitt y Angelina Jolie les prometieron un lugar paradisiaco en el cual se podían pasear libremente sin que su tranquilidad fuera violada, alejados de las cámaras y las revistas rosas que les desnudan y les inventan su vida.

Allí, les dijeron, podían explotar en amor como un volcán tropical, con el océano Pacífico como único testigo; Angelina, si lo deseaba, podía relajarse en un “spa” donde cubrirían su cuerpo con azúcar de mango, papaya o coco, para que su piel quedara más suave, mientras que Brad descubriría las bellezas del mar en un “sea spy” –una especie de vehículo acuático eléctrico para no contaminar el ambiente– que tiene el piso transparente, para así, pilotearlo boca abajo.

Este remanso de paz se ubica en la península de Papagayo, en Guanacaste, es el hotel Four Seasons. Ellos no fueron los únicos que se hospedaron allí, ya estuvieron el rey del petróleo, de chequera grande y gusto refinado, el príncipe de Arabia Saudita, Al-Waleed bin Talal y el tercer hombre más rico del mundo, Bill Gates con su esposa y sus hijos.

Pero ¿qué tiene ese lugar que lo hace tan especial? Un equipo de Al Día decidió internarse en él y romper algunos mitos.

El primero era la creencia de que es un sitio inaccesible. Luis Argote, director general, nos atendió de forma gustosa y permitió que visitáramos el hotel.

Comentó que no revelaría los nombres de quienes se han hospedado ahí, pero que si le dábamos una lista no podía negarlos.

Así que tuvo como clientes a Mel Gibson, la tenista María Sharapova, Andre Agassi y su esposa Steffi Graf, los cantantes Ashley Simpson y Bryan Adams y allí se casó la cantante Pink, entre otros que uno ni se imagina.

Otro mito era que ahí estuvieron Michael Jordan y Madonna, lo cual no es cierto.

Tras cuatro horas de viaje desde San José a Liberia y una más de allí a la península de Papagayo, nos encontramos con cuatro esculturas de Jorge Jiménez Deredia que dan la bienvenida a los visitantes. Luego de identificarnos en una casetilla se seguridad, el guarda armado nos indicó que debíamos viajar siete kilómetros a 40 kilómetros por hora hasta la entrada del hotel.

La belleza saltó de inmediato a la vista, la lengua de tierra no sólo permitía que el sitio fuera exclusivo y privado (para llegar a las dos playas del Four Seasons sólo se puede hacer por medio de lancha), sino que confería una hermosura espectacular, pues el camino está rodeado de verde y el mar a los costados. Kilómetros antes del Four Seasons se encuentra el Proyecto Papagayo, que es un residencial de lujo con casas de hasta $3 millones (unos ¢1.500 millones).

Al llegar al sitio, la suntuosidad no es sobresaliente, las instalaciones son “normales” y las habitaciones también, con muebles de madera, eso sí, quedarse allí cuenta entre $1.000 (¢500 mil) y $10 mil (¢5 millones) la noche, con desayuno incluido; las bebidas y la comida son aparte.

Un almuerzo en uno de sus tres restaurantes (uno italiano, otro internacional y uno de comidas rápidas), para tres personas, puede llegar a costar ¢100 mil.

¿Cuál es el secreto de su éxito?, muy sencillo: la atención al cliente, porque el huésped es mimado como si fuera un rey.

“Se hace la reservación desde Estados Unidos, el visitante es recibido en el aeropuerto de Liberia, se le transporta en carro de lujo. Cuando llega recibe una toalla húmeda y un coctel, no hace chequeo, va directo a la habitación y se sumerge en una de las tres piscinas”, explicó Argote.

El secreto de este hotel es sentirse un rey por unos días, con atención que cumple caprichos.

“Son clientes de alto nivel”

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Luis Argote

Luis Argote, Director General, Four Seasons

¿Cómo se enteran las estrellas del hotel?

Nuestra clientela ya conoce la marca y ha estado en otros hoteles en todo el mundo, porque estamos en 34 países. También existen tres oficinas de mercadeo en Nueva York, Houston y Los Angeles y se da mucho el boca en boca.

¿Cuál es su público meta?

Son clientes de muy alto nivel. Tenemos empleados de grandes compañías que reciben el paseo como incentivo por su buen trabajo y clientes famosos que vienen a descansar.

¿Qué le dan a las estrellas?

Lo mismo que a nuestros clientes, está prohibido a los empleados pedir autógrafos y sobre todo les damos mucha atención.

¿Les dan seguridad especial?

No hace falta, porque los huéspedes que vienen no se impresionan con ver una estrella de cine.

¿De dónde proviene el capital de Four Seasons?

En Costa Rica somos una compañía contratada para administrar el hotel que es de capital tico y extranjero. Nosotros les damos los estándares de calidad.

¿Bill Gates es accionista?

Sí, pero a nivel mundial, no de aquí.

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