Al cumplir media centena de vida, Gustavo Rojas es un hombre feliz y satisfecho con sus logros personales y profesionales. Este reconocido actor y productor de teatro y televisión, responde las inquietudes que los lectores de VIP tienen sobre su vida y sus proyectos.

¿Cómo se siente a ocho meses de haberse convertido en abuelo?

Ser abuelo lo hace a uno reflexionar sobre muchas cosas, como; en qué he invertido mis años, en qué he invertido mi tiempo y cuál es el balance de mi vida cuando ya paso a la categoría de abuelo. Esta es una época en la que estoy redefiniendo mis objetivos y proyectos para lo que será el resto de mi vida.

¿Siente que ya ha cumplido sus metas?

Soy un hombre que ha hecho lo que ha soñado, me siento una persona realizada; la vida me ha permitido consolidar lo que he querido hacer. Y creo que este es un buen momento para volver a soñar.

Soy un hombre que ha hecho lo que ha soñado, me siento una persona realizada; la vida me ha permitido consolidar lo que he querido hacer. Y creo que este es un buen momento para volver a soñar.

¿Cuáles proyectos tiene en mente?

Estoy en una etapa creativa interesante, ya no tengo la preocupación de si creen o no en mí, creo que puedo plantear cosas y disfrutar de la credibilidad que tengo. Me gustaría producir un mega espectáculo ecuestre, que involucre danza, teatro, caballos e imágenes, entre otros.

¿Cuál de todas sus facetas profesionales disfruta más; la de actor, productor, locutor, abogado?

La actividad que más disfruto es la que me permita ser creativo, creo que todas estas facetas se complementan, aunque suene extraño, hasta mi profesión de abogado. Para realizar todo con éxito, hago el tiempo mi mejor aliado. Trasnocho mucho, antes trasnochaba por la fiesta, ahora lo hago para trabajar.

¿Cómo está su corazón?

Estoy felizmente casado; para mi es una prioridad consolidar lo que nunca logré siendo más jóven. Yo soy casado por tercera vez y pretendo no repetir muchos de los errores que cometí en el pasado.

¿Cómo es ser padre de cuatro mujeres?

Es perfecto, soy un especialista en el universo femenino. Ha sido un aprendizaje permanente, porque a veces la mente femenina es un misterio. Disfruto con todas en sus diferentes etapas. Desde el juego con las “Barbies” que tengo con Sofía, mi hija menor; hasta la conversación sería y profunda que establezco con mi hija mayor, María Andrea.